Capítulo 6: Volviendo a la niñez

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Las manos le sudan, bambolea su bota de yeso que la hace ver apenas unos centímetros más alta con impaciencia y Rocío le pone la mano sobre la rodilla, tratando de que se tranquilice.

Ese martes de principios de junio, Lali visita a Leonardo. Dispuesta a tener ese encuentro del que tiene a partes iguales, algo de temor y curiosidad.

Aún sigue de baja esa semana, y por eso, no tiene problemas de concurrir a las 15 horas, como en la cita anterior.

Ya maniobra con mayor soltura su pierna dentro de la bota y espera ansiosa que en dos semanas se la quiten, para reincorporarse a su trabajo.

Leonardo abre la puerta de su despacho, y una chica joven sale sonriente, y le agradece muy entusiasmada. Él se sonrie, pero no le cae demasiado bien tanto contacto físico y tanta euforia.

Se vuelve a encerrar en ese despacho lúgubre que a Lali le dió mal rollo la vez anterior y espera junto con Rocío que las llamen a entrar.

A los pocos minutos Leonardo sale con un cuaderno en la mano, y se dirige a ellas con una sonrisa cálida.

- Doctora Igárzábal, Mariana... ¿Qué tal? ¿Cómo están?

- Doctor, ¡que placer volver a verlo!

- ¿Nos vimos alguna vez? – le pregunta él con cara de sorpresa.

- Bueno, sí, lo ví en una charla que dió en UBA hace unos años – Leonardo asiente y las invita a pasar.

Lali observa con cara de asombro el cholulismo de Rocío y se sonríe porque le encanta verla en esa faceta.

- Pasen... pónganse cómodas.

- Mariana, ¿estas de acuerdo en que la doctora presencia la sesión?

- Sí, claro... no tengo problemas, ella sabe todo acerca de mis trastornos.

- Bien, comenzaré por explicarte, lo que vamos a hacer.

Pero Lali lo interrumpe desconfiada – Perdón Leonardo... ¿lo vamos a hacer en esta habitación?

Leonardo la mira intrigado y alterna su vista entre ella y Rocío a través del marco de sus lentes.

- Sí... en principio sí... - Pero no le dá mayor importancia al pedido de Lali.

- Mariana, quiero comentarte en que consiste mi terapia – Lali asiente y mira de costado a Rocío, que también lo hace con una sonrisa.

- Practico la hipnosis hace 10 años... y considero que es una buena herramienta para que los pacientes recuerden incidentes olvidados durante mucho tiempo. Sólo se trata de un estado de concentración centrada en algún aspecto particular de tu vida.

- Vas a relajar el cuerpo y entonces tu memoria se agudiza, porque te enfocás sólo en lo que vamos a tratar. ¿Estas de acuerdo?

- Sí... totalmente...

- Bien, te voy a pedir que te recuestes en este diván, y te pongas cómoda. Cerrá los ojos y relajá la cabeza sobre la almohada.

Lo primero que le indicó, fué que se centrara en la respiración. Con cada exhalación Lali liberaba tensiones y se iba relajando, incluso hasta empezar a destensionar sus músculos.

Leonardo le comenzó a pedir que lentamente fuera relajando cada uno de ellos, desde la mandíbula, los de la cara, el cuello... los hombros, los brazos... la espalda.

Lali comenzó a sentir que cada vez se hundía más en el diván, como si su cuerpo comenzara a ser liviano como una pluma. Le dió instrucciones de visualizar una luz blanca encima de su cabeza dentro de su cuerpo, y poco a poco esa luz se comenzó a extender hasta abarcarla completamente.

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