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Capítulo 25: Camila

Para la psicología, el destino es una fuerza que está por encima de nosotros y que nos empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos, de circunstancias de las que no podemos escapar. Algo así va mucho más allá de una simple sincronicidad, supone llegar a pensar que nada ocurre por azar, sino que estamos determinados.

Y quien escribe el destino dispuso, que quizá aún no es el momento de que Eugenia sepa que tipo de terapia hace Lali, ni los detalles que la envuelven, porque después de decidirse a contarle, el teléfono de Eugenia suena, y su tía Susy le pide si por favor puede ir a quedarse con Valeria porque ella tiene que ir a entregar un trabajo, y la nena no puede quedarse sola, a esa hora de la tarde.

Eugenia se disculpa con Lali y esa apertura de mente que ella le pedía casi en tono de súplica, tendrá que quedar para otro momento.

- ¿Me prometés que retomamos acá?, ¡porfa! Nunca fui a un psicólogo... y tengo curiosidad.

- ¡Claro!, andá tranqui...otro día la seguimos...

Lali hace un recuento mental de todo lo que Eugenia le aportó sobre esos distintos tipos de amor que llegan a nuestra vida. ¿Dónde encaja cada uno de los hombres que pasaron por la suya?

Ella nunca sufrió por amor... ¡Porque nunca creyó estar viviéndolo!... pero a raíz de sus regresiones pudo darle magnitud al sentimiento de perder al ser amado, cuando Pierre calló bajo el auto. El de ver la tristeza y desesperación en los ojos de Luis, mientras ella ardía en la hoguera, y mismo el deseo que le infundía Cortés, cuando la pretendía sólo para él.

Y es curioso que sólo pueda servirse del pasado para experimentar el dolor de sentir, que un amor se termina.

El humor de Lali cambió. Desde la última vez que vió a Leonardo, a pesar de la angustia que le provocó volver a su pasado como Marina, y a la traición de Cortés, todo lo que sucedió en esos días posteriores con Peter, fueron una inyección de confianza para ella.

Candela sólo le mandó un mensaje preguntándole como estaba, al que ella respondió con un escueto "bien".

Tendrá que hablar nuevamente y ponerle los puntos sobre esas teorías en las que Lali no cree, y aunque creyera no tendría en cuenta, porque la imagen de un Peter amoroso, derriba a cualquier otra que le quieran imponer.

También tendrá que hablar con el Chino... no quiere que pase más tiempo sin dejar en claro como fueron las cosas. A pesar de lo que Jimena le recomendó acerca del tiempo que cura todo, ella necesita terminar cuanto antes, porque sabe que dilatarlo, puede hacer que alguien la descubra con Peter, y eso es a lo que no quiere llegar.

Mientras piensa en esas charlas que tiene pendientes, recuerda lo que Eugenia le dijo acerca de la irrupción de esa "llama gemela" en nuestra vida...

"El amor que nace es muy complejo, está repleto de desafíos y obstáculos que deberán sortear para estar juntos. Los miedos serán los que se llevarán parte de la relación pero si los vencen, vivirán un amor de otro mundo... ¡algo inigualable!"

Entonces, reconoce que todas esas cuestiones que debe sortear ahora, como hablar con su prima y con su ex... todas devienen de la irrupción de Peter en su vida... y de cuán patas arriba él puso sus vínculos "aparentemente estables"

"Este tipo de amor, es así, llega para desarticular todo y enseñarnos a amar de verdad... es un antes y un después en el amor"

Se muerde el labio pensando sóla en toda esa aparente mística que envuelve la relación con Peter, y mientras está sentada en su sofá frente a una tele encendida por inercia, tomando una copa de vino, rememora el tacto de sus manos sobre sus pechos, evocando el deslizamiento de las yemas de los dedos de Peter sobre ellos. Y luego vuelve a ver una televisión vacía que no tiene nada que bueno que ofrecerle.