Capítulo 24: Resurgir

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Cuando Peter se sube al auto, y dá el medio giro a la llave que lo pone en contacto, ya sabe que Candela será quien lo desenmascare.

¿Qué puede hacer él frente a eso más que escapar?... Escapar como lo que es, un delincuente.

Cuando llega a su casa, Valeria juega con dos nenas en la puerta, y considerando que ya son las 12 del mediodía de un domingo soleado, se divisan varios focos de humo que presagian asados.

Algunas personas tienen como placer personal de domingo, salir a navegar en sus yates por el delta. Otras en cambio, ir al cine y cenar fuera de casa. Y para otros, el único placer alcanzable es comer un asado, quizá el único del mes.

La música suena por varios lados, y hay griterío de chicos que aprovechan el sol para estar fuera de casa.

Peter se siente un poco culpable de haber dejado a Agustín sólo en su casa con su madre y Valeria. Si bien esperaba que la salida con Lali fuera positiva, no se imaginaba que tanto. A lo sumo pensaba volver antes de que todos se despertaran, pero su plan fue mucho más agradable.

Susana está planchando el uniforme de Valeria con la puerta abierta de par en par, para mirar a las chicas, mientras toma mates y escucha "Gilda".

- Ahhh, ¡buen día hijo! ¿Qué tal?

- Hola Má... bien, ¿vos?

- Bien... acá dejándole listo el uniforme a Vale para mañana...

- ¿Agus? – Susana levanta la vista y lo mira asombrada - ¿Cómo? ¿No estaba con vos?

- No, yo... ¡yo salí por otro lado!... él iba al cine con Eugenia...

- Acá no durmió Peter... ¡Yo pensé que se habían ido de joda los dos!

A Peter se le dibuja una sonrisa cómplice que su madre capta inmediatamente...

- ¿Crees que está en lo de Euge?

- A menos que la bruta lo haya echado a patadas y esté durmiendo en un hotel ¿Dónde va a estar?

- Ayyy por Dios hijo... que alegría... andá a fijarte porfa...

- Má, no me puedo ir a meter a la casa...

- Llamalo... ¿a ver?

- Dejalo... ya va a venir... a las 16 sale el micro, así que en algún momento va a tener que volver...

Peter vuelve a salir al cabo de 5 minutos para ir a comprar tomates para la ensalada que le pide Susana, y después de recorrer unos pasos siente que le chistan con insistencia. Se gira y Agustín avanza a paso largo hacia él.

- ¿Se puede saber dónde dormiste?

- ¿Y vos?

- Yo en lo de una amiga.

- Yo también...

- ¡No te hagás el boludo y decime si estuviste con Eugenia!

Agustín se sonríe de lado y los cachetes se le suben hasta inflársele graciosos. Peter lo abraza porque nada puede provocarle más felicidad que lo que ese hecho implica.

- Tranqui, tranqui... la polaquita es como una de esas bombas de las películas, que hay que maniobrar con guantes de seda...

- Sí, lo sé... convivo con ella Agustín... ¡Bueno en que quedaron! ¡Por favor!, ¿Qué dijo?, ¿Cómo fue? ¿Qué piensa hacer? ¿Vas a hablar con Camila?... - Y el espíritu de una chusma de barrio se apodera de Peter que quiere saber todo.

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