La melena rubia de Eugenia durmió esa noche desparramada por la cama de Lali. La charla fue tan movilizante para ambas, que ninguna de las dos quiso separarse hasta entrada la madrugada en que Lali terminó de contarle con detalle, cada una de sus regresiones y lo que había vivido con Peter.
Eugenia aunque estaba perpleja porque parecía inmersa en una novela, con cada uno de los cuatro capítulos, le creyó absolutamente todo, y lo vivió con una intensidad, como si ella misma hubiese sido la protagonista en todas.
Hasta le pidió acompañarla en una de esas próximas regresiones, para experimentar en vivo, el trance por el que atraviesa.
A las 6:30 el despertador suena y Lali lo apaga a los tumbos como siempre, y descubre que Lilo durmió entre ambas, protegiéndolas, como velando por sus energías.
El resto del ritual esa mañana fue compartido. Café con las pastafrolitas que sobraron de ayer y el sueño propio de haberse quedado casi toda la noche hablando.
Más de una vez Lali quiso indagar en algo sobre Peter, algo sobre su presente, o su pasado que esclareciera parte de su presente, pero Eugenia, con mucha astucia, ni siquiera lo mencionó, y si se refirió a él, fue contando sólo cosas que "se podían contar".
Eugenia y Lali se despiden con un abrazo en el que reafirman todo eso que ya se dijeron esa madrugada y que básicamente se resume en tres palabras "ESTOY CON VOS".
Y quizá esa afirmación ahora mismo tenga un sentido hipotético, pero en el futuro implique una realidad necesaria.
Lali llega a la escuela, y a pesar de no haber dormido casi nada, se siente liviana hay varias personas que saben sobre esa terapia que realiza, lo saben su madre, su psicóloga, sus tíos, Candela y el Chino, pero en ninguno de ellos encuentra tanta empatía como la que le demostró Eugenia. Hay una gran diferencia en como manejan la información que les damos las personas que nos rodean.
Excepto Rocío, Lali siente que el resto de quienes lo saben, no creen en esa terapia. Siguen pensando que ella se inventa esos episodios y si se pone a hilar fino... eso le duele tremendamente, porque son su familia, pero la siguen viendo como una demente.
En cambio Rocío y Eugenia, mostraron empatía, interés y una predisposición absoluta con su relato.
No sólo pasa por creer... eso puede ser arbitrario, pasa por respetar lo que ella eligió para mejorar su vida.
Por eso haberlo compartido con Eugenia, le hace no sentirse una desquiciada como la hacen sentir el resto de confidentes.
En el recreo de las 10, Lali está en la cocina haciéndose el segundo café del día y Ricardo entra en silencio, hasta posicionarse a su lado a poner agua en la pava.
- Hola...
- Ayy hola, no te oí llegar... ¿Cómo estas? – Sólo un cabeceo de asentimiento responde a su pregunta.
- ¿Tus viejos?
- Bien... mi mamá te cosió la camisa esa que le dejaste. La tengo en casa...
- Ahh, ¡que genia! Gracias... - Y con esa información Lali se dá cuenta de que sus ex suegros, aún desconocen que no están juntos.
- El viernes te la traigo... hoy me olvidé.
- Esta bien... no te preocupes... - los silencios son incomodísimos de sobrellevar. Es increíble que dos personas que compartieron tanto y que se eligieron para transitar un momento de sus vidas juntos, justamente por la complicidad que tenían para hablar de cualquier tema, ahora ni siquiera puedan mirarse a los ojos y la conversación se agote por falta de contenido.
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7 Vidas
FanfictionEn la mente humana hay demasiadas cosas que están más allá de nuestra comprensión. ¿Alguna vez pensaste en que radican tus miedos? O, ¿si realmente las conexiones entre personas, no tienen una raíz en un momento anterior al actual? ¿Que hay después...