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Jungkook miraba la carretera con desinterés.

En la radio sonaba una canción algo triste, Jimin manejaba mirando al frente. En el auto de atrás iban Tae, Yoongi y Minho.

Después del pequeño, pero incomodo momento que tuvieron en la cocina, ninguno pudo hablarse sin trabarse. Los dos no entendían como habían ido a parar en el mismo carro después de dos días de divagar cual sería la ruta más segura para llegar, sin embargo, allí estaban. Con cuatro horas por delante hacia Daegu donde se reunirían, probablemente, con los padres de Jungkook. El auto olía a hamburguesa y papas fritas, ya que antes de salir habían parado a comprar para detenerse en el camino.

Jimin mordisqueaba su labio inferior o pasaba la mano por su nuca masajeándola, una clara señal de lo nervioso que estaba.

― ¿Cuándo fue la primera vez que mataste? ― le pregunto Jungkook a Jimin, la duda lo estaba carcomiendo por dentro. Se sentía culpable de que aquella gente terminara muerta, después de todo, fue quien contesto la llamada.

― Tenía ocho años ― explica Jimin ―. Le dispare a mi padre porque me iba a llevar con él, pero había sido testigo de cómo mataba a mi madre. En ese tiempo no pensé en el peso que iba a caer sobre mis hombros, no soy Dios y aun así, lo mate. Aun mato, pero es simplemente cuando es realmente necesario. No debes sentirte culpable por lo que paso en Busan, no tienes la culpa de nada.

― Conteste la llamada ― articula Jungkook mirando al frente.

Jimin le echa una mirada antes de tragar grueso.

― Ellos decidieron ir, no los obligaste ― le indica Jimin ―. Ellos iban sabiendo que matarían a cualquiera que se interpusiera en su camino, porque su objetivo eran ustedes dos. Cuando disparas un arma es tu decisión de tomar una vida hasta extinguirla. V, Suga y yo estamos acostumbrados a eso. A mí no me importo matar a esos hombres, porque sabía que les harían daño a ustedes y sé que tampoco tus primos hubieran dudado en matar en cuanto se trata de su seguridad.

― Quiero mi vida devuelta ― masculla Jungkook antes de suspirar y cerrar sus ojos.

― No te puedo asegurar que la tengas cuando todo esto termine, una vez que te fijas en este mundo es muy difícil que vuelvas ― le dice Jimin dándole a Jungkook una mirada fugas ―, lamento que terminaras envuelto en esto. No mereces esta vida tan horrible.

― ¿En verdad es tan mala? ― le pregunto Jungkook ―. Porque casi todos a mi alrededor parecen estar metidos y no entiendo porque arriesgar sus vidas.

Jimin tomo una bocanada de aire antes de contestar.

― Tiene sus cosas buenas ― le dice Jimin ―, cuando te gusta la aventura, vivir la vida al máximo es algo excitante. Cada vez que termino una misión me siento feliz, porque sé que mi madre estaría orgullosa, ya que debido a mi intervención salvo muchas vidas. Me gusta conocer países, otras culturas y adoro mi vida. Algunas veces las misiones no son tan peligrosas, algunas son solo de reportar o cuidar. Las de alto riesgo son cosas diferentes. Tu vida pende de un hilo a cada momento, he tenido muchas veces mucho miedo, pero si no lo hago yo ¿Quién más lo haría? No puedo decir que no. Por ejemplo, Suga y V, no van a misiones como yo.

― ¿Por qué?

― Son los mejores en el departamento de seguridad y de información ― le dice Jimin con una sonrisa ―. Aman su trabajo, aunque todos adoran también la fama y es por eso que querían ir también en la búsqueda. Tus padres tienen mucho renombre entre los espías a nivel mundial.

― Solo los veo como mamá y papá ― murmura Jungkook mirando por su ventana ―. Me enojaba tanto que siempre tuvieran que estar lejos por su trabajo, me era tan frustrante que pensé tantas cosas malas. Los deseaba odiar, pero cada vez que regresaban, me abrazaban y decían lo especial que soy para ellos. No puedo odiarlos, solo, me hubiera gustado que me dijeran, que tuvieran un poco más de confianza.

Niñero espía (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora