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Jungkook no podía explicar correctamente como llego a estar sobre las enormes vigas de madera del comedor.

Bueno, tal vez si podía explicar un poco.

Resulta que una de las mansiones más seguras de Corea del sur había sido invadida por completo.

Rebobinando un poco la situación, cuando Jungkook bajo detrás de Jimin se encontró con una fila de doce camionetas negras, haciendo notar que había suficientes atracadores dentro como para formar un ejército poderoso contra una de las familias más grande de espías.

Al parecer en la mansión solo está la matriarca con los padres de Jungkook, su hermanito, y los Jeon más jóvenes. Casi todos de entre ocho y quince años, en total eran siete muchachos que estaban en inminente peligro. Ya que mucho de los adultos estaba fuera del país buscando la dichosa corona que podía hacer que la tercera guerra mundial iniciara. A Jungkook en verdad le sorprendía como no había estallado aun una tercera guerra mundial con tanto conflicto entre las naciones e igual su completa desconfianza unas entre otras.

Los cuatro habían entrado por la puerta del frente formando un triángulo con Jungkook en el centro, todos vigilantes por si aparecía alguien. Habían pasado por la sala de estar, luego al gran comedor y por ultimo a la cocina que se accedía pasando por una puerta, revisaron todo hasta el pequeño elevador junto con la bodega. Revisando cada rincón, iban de salida cuando escucharon a personas gritándose en la sala de estar. V se quedó a poco de abrir la puerta de la cocina, se asomó por la ventana y luego se giró hacer señas en dirección a Jimin. Quien en susurros le explico a Jungkook que había gente en la sala de estar.

Luego fue cuestión de tiempo para que decidieran meterse en el ducto de ventilación del techo hasta salir al comedor, en ese momento se encontraban moviéndose por las enormes vigas del techo alto que eran del ancho perfecto para esconder sus cuerpos.

La conversación de la sala de estar se filtraba por las enormes puertas de madera que conectaban el comedor.

― ¡Largo! ― se escuchó claro y fuerte, a continuación se escuchó un disparo.

― ¡Sujin! ― se escuchó un grito y varios sollozos.

Jungkook se había quedado paralizado en su lugar con el corazón desbocado y su mano tapando su boca. No había visto nada, pero el disparo fue un claro anuncio de lo que pasaba.

Jimin había llegado hasta el final de la viga, junto a las puertas y se había bajado para poder asomarse un poco. Levanto siete dedos hacia V quien asintió sacando su arma y Rose también hizo lo mismo. Jungkook iba a sacar la suya, su mano completamente temblorosa, sin embargo, Rose, quien estaba en la viga junto a él, le hizo una señal de negación con su cabeza y luego puso una mano sobre sus labios. Jimin tomo un jarrón y lo arrojo contra la pared, causando un fuerte escándalo. Las personas del otro lado, rápidamente se alertaron y con suma cautela se acercaron al comedor con sus armas alzadas.

Alzando ambas manos Jimin se hecho hacia atrás mostrándose como alguien completamente inocente.

Cinco personas se adentraron en el comedor y se giraron apuntando a Jimin, no obstante, V y Rose estaban listos para disparar. Jungkook vio como pronto había cinco cuerpos en el suelo y Jimin desaparecía a través de las puertas rumbo a la sala de estar.

Rose se dejó caer de la viga, cayendo sobre el comedor de madera, luego ayudo a V a bajar. Jimin volvió a entrar al comedor seguido de dos niños que lloraban abrazados al cuerpo de Jimin.

― Hay dos muchachos más en la sala de estar, muertos ― comento Jimin antes de suspirar ―. Alrededor de treinta personas entraron a la mansión, a ellos cuatro los tomaron primero. No se sabe dónde están los otros tres niños, ni tampoco los Jeon o la matriarca.

Niñero espía (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora