Niñero espía (Kookmin)

Final

Jimin cayó por las escaleras encogiéndose lo más posible para no sufrir peores daños.

Se levantó a tropezones y continuo corriendo.

Estaba cansado, se había saltado la cena anoche y el desayuno de ese día, sin embargo, se forzó a seguir porque no quería morir, sabía que lo matarían si se detenía. Salió por la puerta a tropezones mientras escuchaba los gritos de sus perseguidores. Doblo en la primera esquina que encontró y continuo corriendo, empujando gente como también tirando objetos para dificultarle a sus perseguidores el camino. Justo cuando iba a cruzar la calle un auto negro se detuvo y se abrió la puerta.

― ¡Jimin, sube! ― exclamo la voz de Jungkook quien va al volante.

Jimin se subió y cerró justo a tiempo, los balazos aporrearon la ventana, sin embargo no se rompió. Jungkook arranco metiéndose entre el tráfico y alejándose rápidamente.

― Ponte la gorra y la chaqueta que están debajo de tu asiento. También baja el vidrio ― le ordena Jungkook a Jimin quien algo atontado sigue al pie de la letra lo que le dicen. Por su parte, Jungkook presiono un botón que hizo bajar el techo dejándolos dentro de un hermoso convertible.

Jungkook maneja de forma calmada entre el tráfico, reduciendo la velocidad de forma considerable para no levantar sospechas, también estira su mano a los asientos traseros antes de poner una bolsa marrón sobre las piernas de Jimin, además de una botella de agua.

― ¿Puedes explicarme que haces aquí? ¿Cómo me encontraste? ― le pregunta Jimin abriendo la botella de agua y bebiendo un largo trago de ella. Sintiendo rápidamente el paraíso cuando baja el agua por su garganta.

― Te salvo la vida ― comento Jungkook como si nada ―. Además, me parece que no has desayunado y me tome la libertad de conseguirte una hamburguesa ¡Lo sé! Una hamburguesa para desayunar, pero fue lo que pude conseguir rápidamente.

Jimin abrió la bolsa, su estómago rugió al momento que sintió el sabroso aroma de la hamburguesa y aunque deseaba controlarse, no pudo. Saco la hamburguesa y dio un tremendo mordisco.

― ¡Eh! Tranquilo, que te puedes ahogar, toma otra botella de agua que la necesitas ya que te acabaste la primera ― comenta Jungkook pasándole una botella de agua que tenía debajo de su asiento. Jimin abrió la botella y bebió otro largo trago ―. Primero que nada, termine aquí porque me comento Suga que tenías problemas en París, me pareció una idea buena para reencontrarnos, aunque creo que la situación no es la apropiada. Segundo, te juro que andaba metido en un problema en Berlín, del cual aún tengo que zafarme, pero fue entonces que me dije ¿No pasara nada si me ausento unos días? Además, no puedo huir siempre de ti.

― O si, escuche que te uniste a la fuerza ― comenta Jimin con la boca llena de comida y apenas siendo un poco entendibles sus palabras. Jungkook se giró a ver a Jimin y sonrió al ver sus mejillas completamente llenas junto con un leve tono rojo en ellas.

― Te ves lindo cuando comes ― murmura Jungkook antes de suspirar ―. Es mi quinta misión y te puedo asegurar que se me hace difícil trabajar solo. No es divertido.

Jimin trago y se quedó mirando a Jungkook que estaba concentrado en la carretera.

― ¿Qué haces aquí, Jungkook?

― ¿Te parece si primero subimos al departamento para que puedas recuperarte y luego hablamos? Me preocupa tu herida de la cabeza ― le dice Jungkook, antes de estacionarse frente a un enorme edificio blanco.

― ¿Herida? ― pregunto Jimin revisándose en el espejo retrovisor y dándose cuenta que tiene un hilillo de sangre desde su frente que baja por su pómulo izquierdo y sigue su camino por su mentón ― Mierda, no me había dado cuenta, debió ser cuando rodé por las escaleras.