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Jimin había besado a Jungkook.

Este ni siquiera se movió y Jimin simplemente se alejó después de ver que Jungkook no lo seguiría. Con decepción y vergüenza, Jimin se alejó aun más intentando poner distancia.

Pensando en lo estúpido que fue, dejándose envolver por su agitado corazón que ansiaba tener otra vez esa tipo de contacto, alguien a quien abrazar, proteger y también que lo ame como es, pero recordaba su vida y no era algo que pudiera permitirse. Él es independiente, nadie le decía que hacer con su vida, le gustaba la soledad, era su mejor compañía para las noches y nadie lastimaba su frágil corazón.

― Perdona ― dice Jimin bajando la cabeza y sacudiéndola, antes de alejarse caminando hacia la ventana de la pequeña habitación ―. Me deje llevar por el momento, me deje llevar por la epinefrina, el organismo produce esta sustancia y nos hace liberarla en situaciones de alarma, estrés, miedo, excitación o peligro. Con esto hace que el cuerpo se enfrente a estas situaciones, nos hace reaccionar de forma sorprendente y por un momento perdí el control.

Jungkook boqueo antes de girarse y con dos simples pasos acortar la distancia que los separaba. A pesar de Jimin ser un espía altamente entrenado, retrocedió, con miedo por primera vez chocando contra la pared. Las manos de Jungkook se posicionaron en los pequeños hombros de Jimin y lo apresaron contra la pared.

Lo que había ocurrido en el cerebro de Jungkook, había sido muy rápido para poder procesar. Sin embargo, reacciono en el momento justo que no sintió esos hermosos, suaves y carnosos labios de Jimin haciendo contacto con los suyos. Se sintió como la primera vez que probaba un caramelo, sintiéndose por completo adicto a este nuevo sabor. Los ojos de Jimin parecieron aterrorizados, sin embargo esto pasó cuando Jungkook pego su cuerpo con el de Jimin y sus labios fueron a devorar los suyos.

El corazón de ambos pareció detenerse con el contacto tan profundo.

Fue un beso rápido, hambriento, voraz y que hacia perder los sentidos a ambos. Los hizo olvidarse de donde estaban y porque estaban allí. En ese momento solo eran ellos dos, saboreando los labios del otro. Jimin soltó un jadeo involuntario cuando sintió como Jungkook mordía su labio inferior dando un pequeño jalón antes de soltarlo.

Las mejillas de Jimin se pusieron rojas. Jungkook parpadeo sorprendido por la reacción de Jimin y también por su osadía.

― Jimin ― murmuro Jungkook mirando a Jimin, acuno las mejillas del espía en sus manos ― ¿Hasta dónde llegaste con ese desgraciado?

Jimin no era estúpido. Sabía que su jadeo había salido casi como un gemido y ahora le hacía pasar vergüenza por no haber tenido un mínimo control contra su cuerpo.

― No más allá de unos besos para nada iguales a este ― le confiesa Jimin antes de intentar apartarse, pero Jungkook se lo impidió atrapándolo con su cadera ―. Kookie, esto no está bien. No puede existir un tu y yo. Ambos lo sabemos.

La cabeza de Jungkook cayó contra el hombro de Jimin.

Nadie podía negar que lo sabía. Sabía que no podía existir nada entre ellos, su madre se lo dijo y se lo advirtió, pero independientemente de eso, Jungkook quería tener una vida tranquila. Lejos de esa ajetreada vida.

― Debemos irnos ― comento Jimin, empujando un poco a Jungkook ―. Creo que es suficiente tiempo como para que lo despistáramos y aun debemos llegar al siguiente restaurante.

Y Jungkook en contra de los latidos de su corazón acepto hacer a un lado el tema.

OOO

Jungkook estaba sentado con su almuerzo frente suyo.

Niñero espía (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora