Niñero espía (Kookmin)

Parte 2

Las rodillas de Jimin querían rendirse.

Todo su cuerpo temblaba, no aguantaría mucho más de pie.

Había visto el lujoso edificio frente suyo y casi suelta un sollozo cuando logra llegar a la puerta. Toco un par de veces esperando con el hombro apoyado en el marco de la puerta. Sus ojos le pedían cerrarse, que se hundiera por completo en la oscuridad. Su cuerpo magullado le exigía descanso.

La puerta se abrió mostrando a una hermosa mujer que abrió los ojos antes de soltar una exclamación al ver a Jimin en tal estado. Grito el nombre de su esposo mientras sostenía a Jimin por las axilas.

Suga apareció con el señor Jeon detrás de él, ambos listos para la amenaza, pero al ver a Jimin no dudaron en ayudar a la señora Jeon con el chico casi inconsciente en sus brazos. Lo llevaron a una habitación.

― Aquí tengo el botiquín ― dice Suga entrando a la habitación donde ambos señores Jeon revisaban cada herida que Jimin tenía en su cuerpo para saber cuál necesitaba más atención.

La mujer recibió el botiquín antes de empezar las cosas necesarias.

― Le avisare a Tae que lleve a Jungkook y Minho a dar una vuelta lo más lejos que pueda ― dice Suga antes de salir, sabiendo que Jimin estaba en buena manos.

Jimin se quedó dormido sabiendo que estaba en un lugar seguro y dándole por fin el descanso que necesitaba su cuerpo. Cuando abrió sus ojos el sol estaba volviendo a salir y unas manos suaves le acariciaban el pelo.

― Señora Jeon ― murmura Jimin al fijarse en la mujer que lo mira con ternura en sus ojos.

― ¿Cómo te sientes, pequeño? ― Le pregunta la señora Jeon.

Jimin se mueve apoyándose en sus codos, pero un dolor agudo recorre todo su costado y vuelve a dejarse caer en la cama. El rostro de Jimin recorre el cuarto, se da cuenta que está en una habitación pequeña, no tiene su camiseta.

― Eso ha de doler, no te muevas mucho, tienes todo tu costado lleno de hematomas ― le explica la mujer antes de pasar con suavidad su mano por la mejilla regordeta de Jimin ―. Te fisuraste una costilla, tienes muy mal estado. Dormiste por doce horas.

La caricia en su mejilla se sintió tan bien para Jimin, fue lo que necesitaba en ese momento que sentía que todo su mundo caía a pedazos.

― ¿Qué te paso, pequeño? ― Le pregunta la Señora Jeon.

El labio inferior de Jimin tiembla y sus ojos se llenan de lágrimas.

― Puedes quebrarte, te sostendré ― le dice la Señora Jeon.

Jimin sintió el latigazo de dolor cuando se movió para ser abrazado por la Señora Jeon, quien empezó a acariciar su cabello y decirle cosas de aliento mientras Jimin empezaba a llorar.

― Taemin ― fue lo que logro articular Jimin después de un rato dejando desahogarse por el llanto ―. Llevábamos casi siete meses de conocernos y cuatro de ser novios. Teníamos una misión importante aquí, en Daegu, las cosas salieron bien. Robamos una pieza importante, una memoria que contiene información importante de la mafia en corea. Yo tenía sospechas con Taemin, había estado actuando raro el último mes conmigo, parecía distante y agresivo. Creí que teníamos algún problema, entonces me di cuenta que a pesar de sentir amor por él, no tenía confianza completa, cada vez que hacia algo a mi espalda, me tensaba y me di cuenta que era una respuesta a mi subconsciente.

De la boca de Jimin se escapa un sollozo y quiere volver a llorar, pero se contiene para seguir relatando.

― Intercambie la memoria por una falsa ― continua Jimin mirando a la Señora Jeon que se mantiene atenta al relato ―. Nos atraparon por descuido de Taemin aunque pronto me di cuenta que lo hizo apropósito, nos detuvieron y nos llevaron a un almacén. Me ataron a una silla y me dieron una golpiza tratando que hablara, me alegro de haber dejado inconsciente a varios sujetos antes de que me redujeran. Taemin entro a la sala donde me estaban hiriendo, me dijo que lo hacía por una buena razón y que lamentaba en verdad que terminara siendo un daño colateral. Solo se fue dejándome sabiendo que me matarían. Logre escapar y vine aquí porque era el único lugar seguro para recuperarme.