Mis One-shots de Mystic Messenger

Padre

—Las faldas cortas son mejores. Son cómodas y frescas.

—Te equivocas, MC. Definitivamente son mejores las faldas largas. Además de ser cómodas puedes girar y levantar el vuelo con ellas.

Saeran miraba cansado la absurda charla que tenía su hermano con su novia. Estaba empezando a arrepentirse de haberles acompañado a salir fuera a comer. Saeyoung había insistido tanto que no le había quedado más remedio que aceptar.

—¿Saeyoung? ¿Eres tú?

Ninguno de los tres se había dado cuenta de cuándo se había acercado ese hombre a su mesa. No había hablado muy alto, pero sí lo suficiente para que le escucharan. Era una persona de mediana edad con un traje, aparentemente caro, un sombrero y unas gafas gruesas.

—Hijo mío... Al fin te encuentro...

Los tres se pusieron en tensión, sin saber muy bien qué hacer. No conocían a aquel hombre, aunque ninguno de los gemelos le había mirado el tiempo suficiente. MC fue la primera en reaccionar.

—Luciel, ¿le conoces?

Esperaba confundirle con ese nombre, pero no lo consiguió.

—Soy tu padre— se giró hacia Saeran —Y tú eres...

—No le conozco, se habrá confundido— Saeyoung no quería que también se dirigiera a su hermano —Así que le pido que se marche, nos está molestando.

MC miró preocupada a su alrededor. Por suerte había poca gente en el restaurante.

—¿Acaso te has olvidado de mí? ¿No me reconoces?

Saeyoung se levantó molesto de la silla. Ante ese movimiento varias personas de diferentes mesas se acercaron al hombre, no eran simples clientes.

—¡He dicho que te marches y nos dejes en paz!

—¡Seven!— gritó MC, estaban empezando a llamar demasiado la atención.

Se fijó más en el hombre, en los ojos que se adivinaban tras el cristal, del mismo dorado que él. MC nunca le había visto en persona, pero no tuvo ninguna duda de que era él.

—¿Así es como vas a tratar a tu padre después de tanto tiempo?

—Tú no eres mi padre.

Dio unos pasos para acercarse a él ignorando la voz de MC. El hombre retrocedió al adivinar sus intenciones y varias personas saltaron sobre Saeyoung para atraparte. En ese momento Saeran no pudo aguantar más y se levantó de la mesa, al igual que MC.

—¡Soltadme!— Saeyoung se revolvía para intentar escapar sin éxito.

—No me dejas otra opción, hijo, tendré que hacerlo así.

El hombre se giró hacia el otro hermano, que parecía que saltaría en cualquier momento.

—Tú serás bueno y vendrás sin oponer resistencia, ¿verdad, Saeran?

Le tendió amablemente la mano a pesar de que la cara del chico delataba que estaba molesto.

—¡No! ¡Déjale!— Saeyoung seguía revolviéndose contra sus captores.

Su hermano estaba a punto de ir a por el hombre cuando MC le agarró del brazo.

—¡Saeran, vete! ¡Escapa!— gritó Saeyoung.

—¡No!

No se marcharía sin él, no abandonaría a su hermano.

—¡MC, llévate a Saeran de aquí! ¡Que no os atrapen!