My Hero Academia: El Diamante Rojo

1. Todo comenzó con un incendio...

En un mundo donde el 80 por ciento de la población nace con algún tipo de poder es natural esperar que algunos de ellos resulten tener más potencial para ser aprovechados que otros. Especialmente en un mundo capitalista como el nuestro en el cual quienes controlan las fuentes de los recursos y los bienes más valiosos lo controlan todo. El poder es una cosa curiosa, ya que incluso aunque se tenga el más maravilloso de todos, puede ser completamente inútil si quién lo posee no quiere o no sabe cómo aprovecharlo. En cambio, si alguien aprendiera a explotar todo su potencial, podría llegar a usarlo para poner al mundo entero en sus manos, aunque la persona que lo tenga no resulte ser la misma que la que conoce la forma y tiene la intención de utilizarlo de esa manera.

Fuego, llamas que lo consumían todo alrededor, cuerpos humanos por todo el suelo, olor a carne quemada y una inmensa sensación de desesperanza mientras veía al hombre frente a ella darle la espalda y alejarse caminando. Sabía muy bien que si lo dejaba ir nunca iba a volver a verlo y por más que eso le aterraba, sabía también que quedarse a su lado traería aún peores consecuencias. Eso era todo lo que ella recordaba...

Oh sí. Y algo más. Tomar su collar entre las manos y apretarlo con fuerza.

Por alguna razón era muy importante.

Como si de alguna forma ése pequeño objeto fuera lo único que pudiera protegerla cada vez que se encontrara en la más profunda desesperación.

Todos estos recuerdos se dispararon en su mente ahora que se encontraba nuevamente afuera de otro edificio en llamas, mientras Héroes y Villanos combatían a su alrededor, dejándola en medio del fuego cruzado. A juzgar por las apariencias, alguien había tratado de rescatarla de un incendio justo en el momento en el que se desató la batalla. Había recibido un terrible golpe en la cabeza y el dolor, sumado al caos de toda la situación, la mantenía en el suelo y le hacía imposible ordenar sus pensamientos. Pero se aseguró de tener aún el mismo collar. Era de plata, en forma de media luna, la cual rodeaba una joya extraña de color rojo brillante, que destelleaba ante la luz del intenso fuego que iluminaba la noche.

Trataba de concentrarse en medio del ruido y el calor cuando una aterradora risa maniática que comenzó a escucharse a lo lejos le puso los pelos de punta. De pronto una enorme y siniestra sombra se formó sobre ella. Al levantar la mirada vio la figura de un hombre sumamente obeso, alto, calvo y vestido solamente con un enorme overol, que la levantaba con un solo brazo sin cuidado por encima de su hombro y la cargaba para llevársela de ahí. El dolor era demasiado intenso para que ella pudiera resistirse.

Pero entonces una enorme llamarada impactó en contra de aquél hombre sin llegar a tocarla, llevándolos a ambos al suelo. Antes de que él pudiera levantarse un Héroe vestido en uniforme azul y aparentemente en llamas utilizó su llamarada nuevamente para impulsarse hacia adelante y embestirlo con suficiente fuerza para apartarlo volando de ella varios metros.

—¡Sácala de aquí! —gritó entonces el Héroe en llamas.

Una nube de plumas de color rojo salió de la nada, rodeó a la chica y la levantó del suelo formando una suave almohada debajo de ella. Las plumas la llevaron al encuentro de un hombre joven de cabello rubio. Sus ojos de un extraño color miel le resultaban familiares y le hicieron sentir que todo estaría bien, antes de sucumbir finalmente ante el dolor y perder la consciencia.

Era él otra vez. El hombre que se alejaba. Esta vez ella no quería dejarlo ir. Necesitaba que se quedara con ella sin importar las consecuencias...