Capitulo 29

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Alison

La línea temporal de nuestra vida varia en ciertos momentos, con esto me refiero a que en ocasiones el tiempo transcurre lento, sobre todo en esos instantes que odiamos, luego cuando nos sentimos en la cima todo va muy deprisa, las madrugadas se vuelven un par de parpadeadas invadidas por la luz del sol y de pronto solo nos quedan recuerdos.

Existen unos cuantos afortunados que esto les sucede al revés, antes pensaba que era una leyenda urbana, pero supongo que siempre hay una parte de verdad en esos cuentos. Para nadie es sorpresa que no paso mi mejor momento, sin embargo todo a mi alrededor gira de prisa, casi al mismo ritmo que mis pensamientos que quieren que todo esto acabe, pero no creo que nada tenga que ver con mi fuerza de voluntad, yo le doy el crédito a los medicamentos, esos que me hacen entrar a mi lugar feliz, mi cama y por supuesto a las terapias y amor familiar.

Después de lo de Alemania, todo fracaso, mi plan de rescate se esfumo y ya no tuve nada, ni siquiera fuerzas de pensar en como regresar directo al camino que planifique desde que era niña, solo deje que las cosas se acomodaran por si solas, algo a lo que jamás estuve acostumbrada, porque siempre fui la chica a la que querían imitar, la hija perfecta, con las mejores notas y a la que todos querían cerca, esa Alison tenia muchos sueños y metas que me hacían sentir orgullosa de mi misma, pero no feliz, porque ahora me doy cuenta que nada me satisfacía.

Así que al final de cuentas nada iba según el plan, porque jamás fui fiel a mi misma, y ahora no sabia quien era, ni en quien me convertiría, pero solo tenia en mente que quería ser feliz.

Y así es como estoy enfrente de mi computadora, con un café en la mano y abriendo después de muchos meses mi email, ya era verano y me había tomado ya suficientes meses, esta vez no estaba huyendo porque parte de superar mis demonios es combatirlos, pero para eso tenia que volver a redescubrirme y ser una mejor version de lo que lo fui jamás, haciendo lo que mas me gusta.

Hace unas semanas postule para un voluntariado, en las zona sur de mi país, me darán comida y hospedaje, todo lo que necesito, además es el tiempo justo para regresar antes de que mi pequeño hermano se vaya a la universidad.

Mi buzón esta lleno, al inicio aparece un correo de la institución con la que me contacte y de nuevo tengo un plan.

Un grito interior sale de mi involuntariamente y en la pantalla, puedo notar mi reflejo, estoy sonriendo.

Mis ojos están completamente cansados por mis lentes así que me los quito para descansar un poco, siento muchas ansias de hacer algo nuevo y sobre todo de ver otro lugar que no sea esta ciudad.

Y cuando mis ojos están en paz al igual que mis pensamientos un nuevo correo entra a mi bandeja.

La cuenta de usuario era muy rara, no tenia nada de texto, solo un link que me llevaba a una foto mía y al... mis manos tiemblan en cuanto lo leo, era el obituario de Bianca.

Jamás lo había visto antes porque no soy tan valiente como me trato de hacer creer a mi misma, todo me recuerda a ella, los pájaros cantando en el árbol frente a mi ventana, mi hermano cuando no se quiere levantar, los atardeceres de cada día, es como si ella jamás se hubiera ido.

Para ser sincera mi corazón se detuvo por algunos segundo, flashbacks de nosotras no paran de aparecer como si fuera una película, por dios, ella realmente ya no estaba conmigo.

-Debes de parar de llorar de una vez por todas, las películas solo son eso, películas Ali.-espeto mi hermano riendo.

No supe que contestar ante el comentario de Nath.

-¿Qué pasa?.-me cuestiono después de que no me salieron las palabras.

-Alison.-volvió a decir.

-Nada en realidad hermanito.-dije en suspiros.

Su mirada de desaprobación no se dejo esperar y me arrebato la computadora de mis manos.

Por su cara, él claramente entendió de que se trataba, pero aun no decía nada, solo se sentó a mi lado y tomo mi mano derecha, acariciándola suavemente.

-Solo es una broma de mal gusto A, puedes con esto.-me dice dulcemente, Nathaniel es más parecido a Max de lo que él piensa y ahora solo nos quisiera tener a los tres de nuevo, me encantaría estar bromeando sobre lo raro que es Nath y tener un regaño por parte de Max, no lo sé, solo también lo quiero de vuelta.

-Ven aquí.-susurro atrayéndolo a mis brazos.-te voy a extrañar hermanito.

No dijo nada, ni siquiera trato de irse de mi lado, al contrario se aferraba a mi cuerpo y eso me hace volver a mi realidad, que ahora es él.

-No ire a ningún lado Ali, me quedare en casa, con mamá y contigo.-exclama de pronto.

-¿Por qué dices eso?.-lo interrogo impaciente.

-Tengo miedo, que tal que no soy tan bueno o si no me gusta la ciudad, estando lejos -todo puede pasar, no solo conmigo.-me explica pero yo niego.

-Estaremos bien Nath y tú también, lo sabras en cuanto salgas de aquí, alejarse del drama familiar es refrescante, piénsalo tendrás nuevas historias y no tengo duda que no tomaras mucho tiempo en adaptarte y si finalmente las cosas no funcionan siempre podrás volver a casa, con nosotros.-le explique.-además no somos familia de perdedores, bueno solo yo puedo tener ese lugar.-agregue y ambos reímos.

-Te quiero hermanita.-grito efusivamente .

-Sigo siendo mayor que tú, nada de hermanita.-dije imitando estar molesta.

y luego solo comenzamos a jugar, como cuando éramos niños.

Él me golpeaba con la almohada y yo le hacia cosquillas sin parar.

Era un guerra total.

-Chicos, podrían prestarme atención.-expreso mi madre alegremente.-Me gusta mucho verlos así, pero tienes visita.-musito mi madre en mi dirección y de pronto los vi.

Estaban mucho mayores de como los recordaba, no puedo explicarlo pero todo en ellos es distinto, su aroma, su semblante, hasta la manera que lucen, claro cada uno a su manera.

Mis piernas están temblando y no me sale la voz.

-Los dejamos.-interviene mi madre llevándose a Nath.-Se que tienen mucho de que hablar, un placer de nuevo.-dice mi madre amablemente y jala a mi hermano a regañadientes.

Nadie a sido capaz de hablar, es como si fuéramos extraños.

-Tenemos que informarte algo Alison.-se aventura Aron y Alexandro lo para con la mirada.

-Antes tienes mucho que explicarnos.-espeta con desdén.

Las vueltas de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora