Theo
Existen casualidades estúpidas, que si lo pensamos, son unas cretinas, porque nos toman por sorpresa y arruinan todo en un segundo y así es como después de una terrible madrugada tengo en mis brazos a una desconsolada Anna.
-Hable con él apenas hace unas horas Theo y estaba bien, incluso me hizo una broma para que me relajara y...-la voz se le rompió y no pudo terminar.
Para ser sincero no sabia muy bien que decirle, yo mismo estaba impactado y enojado con la vida, además aun no puedo asimilarlo, todo me esta costando, pero intento procesar las palabras de Anna, la cual estaba desecha, sus ojos azules estaban cristalinos y no paraba de temblar.
-Shhh.-le susurre envolviéndola en mi cuerpo de nuevo.-No estas sola en esto Anna, no me iré.-le prometí desde lo mas sincero de mi corazón.
Ella ya no me miro mas, solo asintió y se quedo aferrada a mi por unos minutos, podía escuchar su llanto y sentía su dolor al compás de su respiración. Era consiente que la tristeza la estaba consumiendo porque yo mismo la estaba cargando.
-Necesito verlo.-musito de pronto y nos separamos.
-No puedes aun Anna, sabes que tienes que esperar.-le recuerdo pero ahora me mira con furia.
-Carajo Theo, ayúdame a verlo, enserio necesito verlo.-me grita entre llanto.
-Lo se, pero antes te voy a llevar a tu casa Anna, tienes que hablar con tu madre y descansar un poco.-le digo.
-No puedo descansar Theo, mi papá acaba de morir, en un accidente de auto, en un estúpido automóvil que no debió estar manejando y mucho menos para atender un asunto en el hospital.-explota temblorosa.
-Se lo que duele Anna, e sentido esas puñaladas de dolor que nunca sanan 3 veces en mi vida y ahora mismo también sufro la muerte de mi amigo, pero Carlos nunca me perdonaría que lo vieras en esas condiciones.-le espeto.
Anna se tira al suelo y tapa su cabeza con sus rodillas, se que esta cansada y muy dolida.
Después de un tiempo de estar ambos en silencio ella toma mi mano y reposa su cabeza en mi hombro.
-Pediré un taxi y me iré a casa Theo.-me susurro exhausta y la mire con reprobación.
-Te llevare yo, llamare alguien para que cuide a Camila y vigile a Luna.-hable a la par que me pare y le ofrecí una mano.
Caminamos hasta el estacionamiento del edificio en donde estaba mi auto y la mano inquieta de Anna aun se aferraba a la mía, pronto estábamos en camino, el día también era triste, la lluvia estaba comenzado a azotar Boston y yo solo trataba de guardar la calma y estar para ella, se lo debía al doctor Carlos.
Anna tenia su mirada perdida en el horizonte, sabia exactamente lo que estaba viviendo y daría lo que fuera por ver su sonrisa de nuevo y que jamas hubiera tenido que pasar por esto.
-Theo.-dice y yo la miro rápidamente.
-Dime Anna.-le respondo, pero ella tarda unos segundos en volver a hablar.
-¿Cuándo deja de doler?.-me pregunta de manera casi imperceptible para mi oído.
Mi mente de pronto queda en blanco, no le podía mentir, tenia que ser sincero, en estas cosas las palabras no ayudan mucho y francamente Anna me importa.
-Ay Anna, jamas deja de doler, te acostumbras a vivir simplemente, sin embargo las cosas si mejoran pequeña.-le confesé, pero no dijo nada más.
Mi teléfono suena un par de veces y miro para saber si mi primo ya esta con las niñas, pero no es él y solo evito las llamadas.
-¿No vas a contestar?.-cuestiona Anna sin ganas.
-No es importante ahora.-respondo sincero.
-Como sea.-dice ella, regresando su mirada a la ventana.
Cuando llegamos su casa esta repleta de autos, a lo que intuyo que a estado llegando la familia del doctor.
-Puedes acompañarme a adentro Theo.-me pide y yo asiento.
Adentro hay alrededor de unas 20 personas, todas vestidas de negro y que nos observan al entrar.
Puedo sentir sus miradas y una gran incomodidad por parte de Anna y noto que esta molesta por todo esto.
-Hija.-dice su mamá abrazándola y se sobresalta, pero no llora mas, se mantiene firme.
-Doctor Franco, gracias por traerla.-me dice sin soltar a su hija.
-Lamento mucho su perdida Señora Blake y por lo de Anna no tiene ni que decirlo, pero creo que ahora debe descansar y no estar sometida a mas estrés.-le comento y ella asiente.
-Yo me encargo de ella en adelante Franco.-dice alguien a mis espaldas y puedo notar a Anna que corre en su dirección y se derrumba.
Sabia a quien tenia en frente mio y la razón por la que Anna se puso de esa manera, alguna vez Carlos había mencionado a su hijo Lucas Blake y me quede sorprendido al saber que era su padre, porque no se parecían en nada, Lucas es arrogante, engreído y grosero, mientras que Carlos era todo lo contrario en el buen sentido.
-Vendré mas tarde Anna, por favor piensa en lo que hablamos y descansa, que necesitas fuerzas para lo que viene y aun no estas completamente recuperada.-le dije y solo me dedico media sonrisa.
-Tendremos que hablar después Franco.-me dijo Lucas y no estaba de humor para soportarlo de nuevo.
-Cuando quieras, tienes mi número.-le espete.-Con permiso.-dije dirigiéndome a los presentes y me fui.
Lucas me pone mal y aunque sabia que su padre había muerto, algo en todo no me daba confianza, pero decido bloquear esos malos pensamientos de mi mente y de la nada aparecen como flash las llamadas de hace un rato, sabia perfectamente quien era, puedo reconocer su numero aunque lo borre cien veces de mi celular, pero estaba bastante cansado como para lidear con eso ahora.
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Las vueltas de la vida
RomanceUna beca por un año en Alemania fue un billete de lotería para Alison. Ah... pero la vida siempre da muchas vueltas y por mas que huya de su pasado, este siempre regresa...