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Luego de lo que había sido un muy largo día en las oficinas de la corte y visitando a otros potenciales clientes, YoonGi se encontraba exhausto

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Luego de lo que había sido un muy largo día en las oficinas de la corte y visitando a otros potenciales clientes, YoonGi se encontraba exhausto.

Por más que se atiborrara de trabajo seguía sin poder quitar de la mente al joven rubio y a su pequeño pelinegro. 

Para su mayor tranquilidad ya había hecho todos los trámites necesarios para llevar adelante su juicio de paternidad, en donde JiMin hiciera lo que quisiera y aunque pataleara, YoonGi sabía que la justicia le otorgaría como mínimo un régimen de custodias compartidas. Sería un buen comienzo después de todo lo que había sucedido, y por más que se muriera de ganas de pedir la custodia completa del menor, eso sería crueldad pura.

No conocía a su hijo, de hecho parecía ser que el pequeño no tenía ni la menor idea de que YoonGi existía ni el lugar que ocupaba en su vida. Uri se había criado sólo con Park, y él no podía llegar "de la nada" diciéndole "Uri, ¡YO SOY TU PADRE!" a lo Darth Vader. 

Ya había visto esa saga y sabía que las cosas no terminaban bien para los progenitores.

Suspiró antes de dar una vuelta en su automóvil, de pronto visualizó la escuela donde había escuchado que su primo trabajaba. Miró su reloj y comprobó que pronto terminaría su turno. Quizás tomar unas cervezas con NamJoon le ayudarían a esclarecer su mente y apaciguar su impaciencia. 

Con esta idea en mente se estacionó a pocos metros y bajó. YoonGi caminó unos cuantos metros para encontrarse a ¡¿TaeHyung?! Quien estaba siendo agarrado para no golpear a... ¡¿HoSeok?! ¡¿Cómo demonios había sucedido aquello?! ¡¿En qué momento éstos dos se habían vuelto a encontrar y por qué demonios estaban a punto de partirse la madre?! Cuando estaba a punto de comenzar a subirse los puños de su camisa y saltar para salvar a su amigo, un preocupado NamJoon se atravesó en su campo visual con un pequeño al que le estaba tapando sus oídos y tenía volteado para que no presenciara aquella escena. 

—  ¡YOON! —  su primo nunca antes había estado más feliz de encontrarse con el Min —  ¡Gracias al cielo! Sostenlo un momento, llévale para un costado mientras soluciono ésto. 

— Oye-

—  Gracias, gracias.—  NamJoon no le dió tiempo a negarse que había dejado al pequeño en frente suyo. La mirada interrogante del menor se clavó en la suya y por un instante YoonGi se perdió en la hermosa mirada de su hijo.

¡Definitivamente al diablo con HoSeok y todos los demás! 

Ésta era su maldita oportunidad de demostrarse que podía ser un buen padre para el menor.

—  Hola pequeño... ¿Cómo estás? — preguntó inseguro mientras el niño se cruzaba de brazos. Min comenzó a sudar al notar el escrutinio del pelinegro.

10 Centímetros × YoonMin × MpregnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora