Dependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo.
Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena".
En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...
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— ASHD—
Esa definitivamente no era la respuesta que el rubio esperaba escuchar.
Si YoonGi no quería saber nada con ellos no hacía falta hacer tanto espamento, bastaba con fingir que tenía algún familiar al borde de la muerte como JiMin tantas veces había hecho en la universidad.
Sus abuelos habían estado a punto de tocarle las puertas a San Pedro más de una vez, para luego milagrosamente prácticamente resucitar al tercer día.
¿Quién dijo que solo Jesús podía hacer algo así?
Él y sus amigos lo habían hecho incontables veces luego de una buena fiesta, siempre contando con que Uri estaba en la casa de sus abuelos. ¡El universo salve a sus padres!
Park no era de la idea de pedirle a sus progenitores que le ayudaran con su bendición, no claro que no.
Sus padres solo habían decidido tenerle a él, no habían pedido un nieto.
Tampoco habían sido promoción en hotel, pata de una cama o preservativo roto.
Por eso JiMin no se aprovechaba de que los "jóvenes abuelos" como se autodenominaban, se ofrecieran continuamente para tener a Uri con ellos, pero si aprovechaba cada vez que tenía un momento a "solas".
No renegaba de haber sido padre a temprana edad...
Su hijo había llegado a su vida para maravillarle en todo sentido, pero si era una realidad que dejar su adolescencia de lado y tener que aprender a ser padre de la noche a la mañana, llevaba su buen esfuerzo.
Un ruido y una sarta de maldiciones distrajeron al rubio de sus pensamientos.
— ¡L-lo siento! — YoonGi sonaba nervioso. — El móvil se me resbaló de las manos y cayó al suelo.
— Oh...— se tardó unos momentos en procesarlo — ¿Sobrevivió? — Park pudo escuchar como el pelinegro resoplaba antes de responder.
— Bueno... creo que la pantalla se dañó... — el menor casi podía sentir culpa por haber puesto nervioso al Min, casi. — No importa, de todas maneras ya me hacía falta uno nuevo. — YoonGi carraspeó, tratando de aclarar su voz — Volviendo a lo otro... N-no tengo planes.— no era del todo verdad ya que el pelinegro tenía que terminar de revisar varios contratos pero eran cosas que podía atrasar, más si sus sospechas eran confirmadas. — ¿Por qué la pregunta?
JiMin se mordió el labio, debatiéndose si decir lo que estaba pensando o no...
Al demonio, algunas veces era mejor pedir perdón que permiso.
