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Eran las 20:50 y hacía 5 horas que no sabía nada del paradero de su hijo

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Eran las 20:50 y hacía 5 horas que no sabía nada del paradero de su hijo. ¿Le habría sucedido algo y YoonGi no había querido decirle?

— JiMin...

 O peor, Min había secuestrado a su bebé y en este momento ambos estaban camino a la India en donde JiMin jamás pudiera encontrarlo y debería de cruzar cielo y tierra para poder llegar al pequeño.

— JiMin...

Debía de empezar a pedir prestamos para financiar su búsqueda, comenzar a contratar detectives privados y un traductor que pudiera ayudarle a-

  —¡JIMIN! — el rubio saltó de su lugar al escuchar como lo llamaban.

— ¡¿QUÉ?! — preguntó exaltado. — ¡Por todo lo santo Jin! ¿No ves que estoy operando? ¡Un corte de más y ahí nos vimos, maldita sea! — el rubio trató de calmarse a sí mismo. No había peor combinación que un cirujano con nervios.

— ¡Pues que justamente eso! ¡Te habías quedado tildado en el medio del corte, necesitamos que te apures para poder sacar al niño! — le reclamó. SeokJin agradecía que el paciente se encontraba sedado para poder operarlo y que el otro padre no había podido ingresar a la sala de parto ya que se había desmayado de la impresión, sino no podría cubrir a su amigo que parecía encontrarse en otra galaxia.

Park frunció el ceño, regañándose a sí mismo de ser tan descuidado. Dio una profunda respiración antes de volver a concentrarse, después de todo sus inseguridades no ayudarían a sus pacientes ni tampoco resolverían su problema con Min y su hijo.

Con gran precisión, el rubio trazó una línea recta sobre el vientre del paciente, lo suficientemente grande como para poder ayudar a que el bebé pudiera nacer. Momentos después llegó uno de los que consideraba los más mágicos dentro de su labor, el ayudar a traer vida al mundo. 

Con sumo cuidado ayudaron a sacar al bebé que se encontraba sereno dentro del vientre de su progenitor. 

Cruzar miradas con el bebé y sentir a esa pequeña bolita de arroz, le recordaba a cuando su hijo había nacido y lo hermoso que había sido. 

También removía anhelos de volver a cargar vida en su cuerpo. ¿Sería posible tal cosa? Después de todo, sería algo muy complejo con su trabajo ya que a  duras penas y tenía tiempo para Uri, ¿Qué haría con un nuevo bebé? Ni hablar del hecho de que sí su hijo aceptaría a un hermano. 

De más estaba decir que tendría que buscar a un quién que le ayudara con el proceso.

Claro que existía la inseminación artificial, sin embargo todavía conservaba la ilusión de una pareja que pudiera soñar a su lado el ser padres y traer una nueva vida al mundo como fruto de su inmenso amor. 

10 Centímetros × YoonMin × MpregnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora