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JungKook se encontraba ansioso

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JungKook se encontraba ansioso... 

Ansioso y expectante de lo que pudiera suceder en los próximos minutos.

Miró hacía sus manos y pecho completamente atados con finas sogas que formaban complejos nudos alrededor de su cuerpo. 

Su libertad estaba acortada y lejos de desesperarle, estaba impaciente ante la nueva jugada de su compañero.

Suspiró, sintiendo sus mejillas arder y su pene dar brincos por debajo de la ropa interior. 

Su novio le conocía demasiado como para saber que le encantaban esos juegos de bondage desde que una vez había encontrado esa práctica en un video erótico que el castaño le había compartido. 

Desde ese momento, su placer culposo era estar bajo los más oscuros deseos del mayor. 

— ¿Te gusta lo que ves, esclavo? — En ese instante, Jeon estuvo a punto de desfallecer al contemplar a TaeHyung con un juego de lencería de cuero, lo que incluía un par de bóxers que apenas y dejaban algo para la imaginación, portaligas y medias de red que se aferraban a sus esbeltas piernas, además de un fino antifaz con plumas negras que adornaba su rostro.

—¡Cielos! — gimió, incapaz de moverse para alcanzarlo — ¡V-vas a matarme, bebé! —  logró articular con dificultad al tener tremenda imagen de la persona que más amaba en el universo vistiendo de manera tan provocadora. 

—  Y eso que todavía no viste todo... —  el mayor se dio media vuelta para mostrarle que su escasa ropa interior era completamente transparente  y del que sobresalía lo que parecía ser... ¡¿Una cola?!

TaeHyung movió sus caderas, deleitando al menor al notar como la diminuta cola de zorro ocultaba los sucios juegos que su novio había estado ocultándole.

— ¡¿D-Dónde tenías guardado eso?!  — JungKook se mordió su labio, tratando de aguantarse las ganas de tomar al mayor en ese preciso momento.

— ¡Ni se te ocurra, Jeon! — advirtió — ¡Prometiste estar bajo mi merced, y así te quedaras! 

— ¡No me la pones fácil tampoco! — se quejó, formando un puchero.

— ¿Cuándo fui una persona fácil, JungKookie? — su sonrisa brilló de forma maliciosa mientras se acercaba hacía él a paso lento y contoneando sus caderas. 

TaeHyung se dirigió hacía el pelinegro de forma segura y peligrosa, como un depredador que acecha a su presa en el medio de la selva. JungKook tragó grueso mientras admiraba la exquisita belleza del Kim. 

El mayor se posó justo a la altura de la cara del pelinegro y sonrió al saber que el Jeon estaba completamente concentrado en él. Sin mayores preámbulos,  posó sus belfos contra los contrarios, sin profundizar el toque a pesar de los intentos del menor porque abriera su boca.

10 Centímetros × YoonMin × MpregnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora