Dependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo.
Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena".
En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...
Hola! Muchas gracias por estar del otro lado! Por favor, lean la nota al final del capítulo y gracias de nuevo ❤️
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— Día 47... El virus se ha propagado de maneras nunca antes vistas en la historia de la humanidad — fingió un acento español.
— Meeeeeoooow — le respondió una bola de pelos.
— Shhhh— le calló el sujeto — ¡Silencio, Rizos! — se tomó de la cabeza de forma dramática — ¡No interrumpas mi teatro! — el gato se lamió la pata, ignorándole completamente. — ¿Dónde me había quedado? — se preguntó — ¡Oh, si! — tomó un poco de barro del suelo con sus dedos y formó dos líneas paralelas en ambas mejillas — ¡Perfecto! — volvió a tomar su móvil para continuar filmándose. — Día 84 de nuestra llegada, aun los lugareños no se han dado cuenta de nuestra presencia... — se tocó el pecho fingiendo dolor —Hemos tenido que realizar varios sacrificios para llegar aquí. — asintió a sus propios dichos, recordando como había estado al borde de ser descubierto más de una vez y con varios traumas producto de jóvenes en edad de apareamiento.
Primero, casi muere ahogado gracias al primo de YoonGi, ese NamMun con otro sujeto que parecía haber salido de una telenovela.
La belleza del joven casi que le hace flaquear de sus afectos para con cierto rubio, ¡PERO NO!
Seguramente su casi desvío de pensamientos se debía a que "el diablo había metido la cola" como sabía decir su adorada abuela.
Hobi no dejaría que ningún diablo le acercara sus nalgas, bueno a menos que fuera JiMin con un traje rojo, cuernos y látigo a juego que—
— Ejem. — carraspeó al sentir que HoSeokkie comenzaba a dar brincos en su entrepierna.
¡En estos momentos de batalla no era tiempo de estar pensando con esa cabeza!
Uff... ¿Hacía cuánto que ni siquiera se daba un poco de amor a sí mismo?
Aunque en épocas de guerra, cualquier hueco era trinchera...
Debería permitirse recordar a Manuela... Y material visual tenía de sobra gracias al Park en la piscina días atrás.
— ¡Dios me libre y me guarde! — el Jung comenzó a abanicarse.
De todas maneras, ¡Se estaba yendo de tema de nuevo!
Había comenzado pensando en cómo estaba nadando plácidamente cuando de sopetón observó que una parejita se lanzó a hacer sólo el universo sabe que cochinadas.
Desde ese día, Hobi no volvió a meterse en el agua y rogaba que la cambiaran pronto o que los químicos ayudaran a que todo el sem- las impurezas se fueran de allí.
De más estaba decir que el mete y saca estaba presente, como sí fuera poco con el show que estaban montando, literalmente, eran demasiado ruidosos.
Casi había sido descubierto en su misión de espionaje por culpa de dos adultos que parecían un par de adolescentes hormonados. ¡Ja!
