—De lo que sea que estés pensando— Park relamió sus labios— La segunda opción es la correcta— Inquirió sin siquiera abrir sus ojos.
YoonGi se sorprendió ante la respuesta del menor, ¿Desde cuando estaba despierto? ¿Y por qué pareciera que tenía el poder de leer su mente?
—¿Cómo dices? — Fue lo único que se pasó por su cabeza.
En ese preciso momento, los orbes del menor se abrieron, haciendo que su corazón aumentara los latidos por segundo. ¡Esa era la magia que el rubio tenía sobre sí!
¡¿Eso era aquello que los poetas empedernidos o los pobres desdichados llamaban "Amor"?!
La simple hechicería del acto de ni siquiera rozarle con sus manos, de la brujería que representaba el contacto con su mirada, y ni que hablar de la maldición en la que le encarcelaba cuando sus labios se posaban sobre los suyos.
El sujeto que estaba a pocos centímetros de su rostro robaba su espíritu, y él de buena gana se lo regalaría una y mil veces, con tal de permanecer a su lado siquiera unos segundos más.
Tan solo una simple mirada bastaba para caer rendido ante sus deseos una y otra vez.
Y mientras más tiempo pasaba a su lado, ese sentir echaba más raíces sobre lo profundo de su corazón, y comenzaba a ramificarse hacía sectores en su mente que ni siquiera sabía que existían.
Cada vez sopesaba más sobre cuales serían los contras de entablar una relación con la persona que tanta dicha le provocaba día a día.
Y lo peor de todo, su parte que no estaba de acuerdo con tal decisión, iba perdiendo la contienda a cada instante que pasaba.
JiMin se encogió de hombros— Conozco el sentimiento de sentirte contrariado sobre una decisión...— Comenzó— "Lo que es correcto" contra lo que uno realmente desea... — suspiró — Esa idílica pelea entre "deber y placer"... —Negó— Además, piénsalo así, sí tan seguro estuvieras de la primer decisión, entonces no habrías pensado una completamente antagónica para contrarrestar los efectos "negativos" de la primera...— Park abrió sus ojos— A veces el camino es más sencillo de lo que la mayoría piensan, Min— Relamió sus labios— Y todo termina reduciéndose en "El que quiere, puede".
Antes de que YoonGi pudiera responder ante tanta información, unos golpes en la puerta volvieron a interrumpirlos, y a diferencia de la vez anterior, esta vez, los golpes no pararon en ningún momento.
—¡Min, abre la puta puerta de una vez! — TaeHyung gritaba a la par que aporreaba la madera— ¡JiMin, es una emergencia!
No hizo falta más para que ambos se levantaran como alma que llevaba el diablo. El rubio comenzó a vestirse a la velocidad de la luz, mientras que YoonGi se abalanzó a abrirle al Kim.
—¡U-Uri! — Alcanzó a formular mientras retomaba el aire— ¡E-está en peligro!
Y en ese instante, sintió como sí su corazón hubiera dejado su cuerpo. El pelinegro miró hacía JiMin, comprobando que no era el único que se encontraba de esa manera. Tragó grueso, tratando de mantener la calma, después de todo, su deber como padre era manejar este tipo de situaciones, tenía que estar para poder salvar a su hijo y para poder contener a su- ¡Maldita sea! ¡No tenía tiempo para volver a pensar en lo que sea que tuviera con JiMin ni pensar en que rotulo les encasillaba!
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10 Centímetros × YoonMin × Mpregn
Fiksi PenggemarDependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo. Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena". En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...