Dependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo.
Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena".
En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...
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"Usted podría perder a su hijo", aquella frase quedaría grabada en su mente por el resto de su vida.
Si había algo que a JiMin le diera fuerzas para afrontar el día a día eso era el pequeño pelinegro.
Quizás no todo el mundo pensara de igual manera pero toda su vida estaba organizada por y para el bienestar de su pequeño.
"Señor Park, no es mi intención dañarlo, de hecho busco minimizar cualquier sufrimiento para usted y su hijo... Es libre de salir por esa puerta y buscar a cualquier otro profesional que quiera seguir sus deseos pero no podrá negar que yo le advertí lo que podría suceder. Piénselo y llámeme."
Definitivamente Choi tenía razón y JiMin no podría seguir posponiendo lo inevitable. Lo mejor era apoyarse en la justicia y verificar que Min estuviera apto para la paternidad que su hijo se merecía.
Tomó la tarjeta que SooBin le había dado, allí se encontraban los datos de un psicólogo con el que solía trabajar.
"Kai Huening - Licenciado en Psicología - Especialista en niños y adolescentes."
Se encontraba a pocas calles de distancia por lo que se dirigió allí para poder charlar con él.
La caminata se le hizo más corta de lo que pensó y antes de tocar la puerta se sentó sobre uno de los escalones de la entrada. Sentía como sí el aire le faltara, las palmas de sus manos comenzaron a sudar y todos los sonidos comenzaron a intensificarse más y más.
El ardor en sus pulmones ante la falta de aire se hizo presente y el rubio no podía hacer nada frente a lo que su cuerpo estaba manifestando.
JiMin se tomó de las piernas y agachó su cabeza, tratando de calmarse así mismo.
No podía hablar, no podía pedir ayuda, siquiera podía levantar su cabeza como para hacer notar su estado.
Pensó en su hijo y en todo lo que el pequeño tendría que atravesar sin él, profundizando su malestar.
— Respire. - una melodiosa voz vino a su mente. — Cuente conmigo, 1...—una mano se posó sobre su hombro —2... vamos, inhala y exhala. — el rubio trató de igualar su respiración a como le indicaban — Eso es, tranquilo. Prueba otra vez... Concéntrate en mi voz. — JiMin levantó su mirada para encontrarse con unos hermosos ojos cafés y una cálida sonrisa a juego - ¿Te sientes mejor? —JiMin asintió lentamente —Me alegro. — el extraño se sentó a su lado — Déjame decirte que en toda mi experiencia es la primera vez que veo a alguien manejar un ataque de pánico* tan rápido. — ¡¿Ataque de pánico?! No podía ser. No podía sumarle a su vida un nuevo problema, ya tenía demasiados con los que lidiar para q —Oye, relajate. No te agobies con eso ahora. Un paso a la vez, ¿De acuerdo? —el rubio guardó silencio — ¿Fue tu primera vez? - JiMin volvió a asentir. — Mmm... Entiendo. asintió pensativo —Si quieres podemos hablar sobre ello, de hecho, estamos parados sobre la entrada de mi consultorio.—se levantó y le tendió la mano al rubio —Mi nombre es Huening Kai.
