Dependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo.
Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena".
En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...
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- ¡Me ayudarás a encontrar a mi otro papá!
Decir que YoonGi estuvo a punto de escupir todo su helado era una gran mentira, porque de hecho lo había hecho.
El pelinegro se había atragantado con unas chispas de chocolate y los dichos de su hijo.
El pequeño se levantó a toda prisa para pegarle en la espalda y ayudar a que el mayor mejorara, ya que se le veía bastante rojo. Si el señor Min moría, ya no le quedaría a nadie que le ayudara a descubrir a su papá.
Uri necesitaba saber que había sucedido con él y porque no estaba a su lado junto con su papá Minnie.
Él también quería tener todo lo que sus amigos tenían...
- ¡Señor Min! - le susurró tratando de que no le escucharan, ya que todos en la tienda estaban mirándole con pena y debatiéndose si ayudar o no. - ¡No puede morirse aún, todavía le queda ayudarme!
YoonGi miró a esos pequeños ojitos tristes y trató de calmarse y tomar aire. El menor le tendió un vaso de agua, el cual aceptó gustoso. Y por fin pudo recuperarse cuando la mesera se acercó a ellos.
- ¿S- se encuentra bien señor? - YoonGi solo asintió, ya que todavía sentía la garganta bastante rasposa.
- Si, descuida. - respondió Uri con una sonrisa. - Es que le pregunté a mi papá cómo venían al mundo los bebés y que cuando me darían un hermanito. - el pequeño puso su mejor cara de "ángel" ante la mueca de la joven, y el pelinegro mayor rezó por no ahogarse nuevamente.
"Cristo... ¿U-un hermanito?..." pensó. ¿De verdad su hijo quería un hermano?
YoonGi secó con su manga el sudor en frío que comenzaba a caer por su frente. "¿Tener otro hijo con JiMin?". Mil y un ideas al respecto pasaban por su mente, desde el momento de la "concepción" como tal, que de hecho solo recordaba algunos flashes de la noche en la que habían concebido a Uri, y todas las fantasías que había tenido y, siendo completamente sincero, seguía teniendo con el rubio, hasta la gestación misma.
El contemplar a JiMin en su embarazo habría sido algo hermoso de ver, algo que le habría llenado en cuerpo y alma.
Desgraciadamente sus sueños e ilusiones solo quedarían en ese reino, ya que no había posibilidades de tener otro hijo con él. No luego de todo lo que había sucedido.
- A-ah...Claro. - mencionó la joven - Me avisan si necesitan algo. - la mesera hizo una pequeña reverencia y se retiró, dejándoles solos. Uri suspiró y el mayor le miró con miedo, temiendo que realmente le preguntara sobre el origen de los bebés o si podía hablar con sus padres para darle un hermanito.
