22: ansias.
La hora del almuerzo llegó pronto, y como Renjun temía, la mayor parte del alumnado se acercó al gimnasio para presenciar las audiciones. No estaba precisamente asustado... No, él la verdad confiaba en sus habilidades, en realidad se sentía ansioso por volver a bailar en público. Nunca había dejado de hacerlo en la soledad de su habitación, por lo que tampoco estaba oxidado ni nada. Además, sorpresivamente la idea de tener a Miyoung dándole apoyo desde las abarrotadas gradas era reconfortante.
Solo que... ah, Miyoung no estaba exactamente en las gradas.
Digamos que no pudo resistirse a la tentación tras notar el atractivo ceño fruncido de Jeno en Literatura, y en verdad tuvo la asfixiante necesidad de arrastrarlo a un salón vacío en cuanto tuvieron esos minutos libres. Y no es como si él se fuera a quejar, tampoco, por lo que apenas se percató de lo que estaba sucediendo sonrió satisfecho y la ayudó a tomar una silla y recargarla de la puerta para evitar ser interrumpidos a toda costa.
—He extrañado tu gorda polla, Jeno —fue lo primero que dijo la muchacha, sentada elegantemente con las piernas cruzadas sobre un pupitre y halándolo por la corbata con completa lujuria en sus ojos, provocándole de inmediato una oleada de calor—. Tu lengua fue tan buena... —gimoteó apenas por el recuerdo, enrollando la tela en su mano para tenerlo más cerca—, pero en serio no hay nada como tu polla.
Él mordió su labio— Me harás creer que quieres que te joda todos los días.
—Si las cosas fueran distintas, por supuesto; no me avergüenza disfrutar el sentirte dentro de mí —se encogió de hombros, relamiendo sus labios a la vez que ojeaba los suyos con deseo—. Sobre todo si puedes follarme tan duro que siento que me partiré en dos...
Rió suave algo avergonzado, pasó un brazo por su estrecha cintura y tomó por instinto la mano libre de la chica con la suya y las entrelazó, provocando que Miyoung se tensara levemente y arrugara un poco el ceño en lo que se echaba ligeramente hacia atrás, por lo que Jeno se arrepintió de inmediato e intentó alejar su mano. Sin embargo, pronto ella se relajó y apretó el agarre para evitarlo, cerró los ojos, y tiró de la corbata para besar sus labios con parsimonia, tomándolo desprevenido al principio.
Fue su imaginación, se aseguró el pelinegro a sí mismo, pues se sintió casi como si el beso hubiera sido dulce por una fracción de segundo, mas instantáneamente se tornó fogoso y lo terminó de descartar por completo.
La castaña soltó la corbata para pasar el brazo por sus hombros y pegarse más a su firme cuerpo con la espalda arqueada, al momento en el que pudo sentir la forma en la que los dedos ansiosos del chico comenzaron a deshacerse de los botones de su camisa, para después encargarse de separar sus piernas y posicionarse entre ellas. No podía detener los pequeños gemidos que soltaba contra la boca ajena por la forma en la que, ahora, con experticia Jeno se apoderaba de la suya y hacía lo que se le antojaba con una pasión embriagante y deseo que, ella sabe, usualmente intenta ocultar.
Mordió juguetona el labio inferior del chico para recordarle quién manda, y entonces fue que con cierto pesar dejó ir su cálida mano para encargarse de desabrochar sus pantalones, en lo que él llevaba sus besos húmedos al costado de su delicado cuello y clavículas y apartaba su sujetador para pellizcar uno de sus rosados pezones entre su pulgar e índice— Tenem– mgh... tenemos tiempo, por las audiciones por– ¡ah! Mierda, así~. Porque e-extienden el almuerzo...
—Lo sé, Miyoung-ah... —murmuró ronco contra su piel, causándole un escalofrío y que se apresurara a inmiscuir su mano bajo sus pantalones, tomando su extensión con firmeza y luego pasando el pulgar por la punta, lo que le sacó a él un gemido ronco. No esperó nada para comenzar a bombear su miembro con rapidez entre besos acalorados hasta que estuvo completamente duro, y entonces sin siquiera separarse de sus labios sacó del bolsillo de su falda un condón y se lo colocó en la mano a Jeno— ¿Qué...? Oh, hablabas en serio cuando dijiste que extrañabas mi polla.
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Taste || Lee Jeno
FanfictionLa mejor amiga de su mejor amigo... preciosa, sensual, y, sobre todo, ciertamente prohibida. Miyoung ha sido siempre aquella belleza inalcanzable, venerada y cotizada, sin falta siendo resguardada cuidadosamente por el busca pleitos de Jaemin. Enton...