Punto de vista sobre Paulo.
Narra Paulo.
Hace unos minutos hablé con Ainara, prepare una habitación para Aitana y Gareth, ya los quiero tener a mi lado y verles lo chiquitos que son, haré lo posible para que Ainara regrese a Italia, no pienso dejar que crié a mis hijos lejos de mi y si encuentro la posibilidad de volver con ella sera mucho mejor y más fácil, voy hacia los entrenamientos y pues que cansado y aburrido es estar solo en esta casa, maldito el día en qué deje a Ainara, puto el día en el que creí en Oriana, aún recuerdo el día en el que me mintió cuando estábamos en España.
Meses atrás.
Salí de la casa muy temprano, Ainara se veía muy preocupada y me preguntaba.
— que te pasa, estás bien – preguntó y bajo la mirada.
— siii, estoy un poco nervioso – respondí sin mirarle.
— aún me amas – preguntó sentada en la cama y le mire.
— por qué preguntas – me acerque a ella – claro que te amo.
– bajo la mirada – también te amo.
Los minutos pasaban y ella se quedó en casa, salí y subí a mi auto, llegué al entrenamiento, horas después ya terminé y fui hacia donde quede con Oriana, el lugar era muy alejado de la ciudad, en un momento ella llegó y empezamos a platicar.
— que es lo que quieres – dije serio.
— Paulo yo tengo algo importante que decirte – respondió sin mirarme.
— al grano, no tengo todo tu tiempo, Ainara me espera – hablé y ella me miró.
— Paulo quiero ser feliz, no puedo lograrlo si no te tengo a mi lado, estoy enferma y me queda poco tiempo de vida – empezó a llorar y me sorprendí.
— de que estás hablando – pregunté.
— tengo cáncer de médula osea, esta muy avanzado y en el momento menos esperado, partiré de este mundo – respondió y bien pendejo le creí su maldito drama.
— Oriana, lo lamento – baje la mirada.
— vuelve conmigo, hazme feliz hasta el día de mi muerte, no dejes que muera sin haber podido ser feliz contigo – decía llorando.
— no puedo hacer eso, amo a Ainara y no pienso dejarla, no puedo hacerlo, perdóname, se que es muy duro para ti, pero no puedo – termine de decir y me iba alejando de ella.
— piénsalo bien, te estaré esperando en el aeropuerto, nuestro vuelo es a la 1:35 de la madrugada, iremos a Turín y seremos felices – gritaba y yo subí a mi auto.
Empecé a conducir, los minutos pasaban y me detuve en un malecón, veía la hermosa ciudad y pensaba en lo que Oriana me dijo, me di cuenta de que Oriana merecía ser feliz, eran las 22:34 pm, empecé a conducir hacia la casa, ya había tomado una desición, la peor desición del mundo, llegué y Ainara me resivio, la ignore por total y subí a la habitación, tome mis cosas y las metí en las maletas, por dentro estaba muriendo por qué lo que hacía no era lo correcto pero jamás pensé que terminaría de esa manera, pensé que Ainara me odiaría para siempre y paso lo que pasó, ella me suplicaba que no la dejara y yo me encargaba de decirle que nunca la ame y lastimarla cada vez más.
Antes de seguir haciendo el momento más difícil y de arrepentirme y no dejarla decidí salir pero sus palabras las recordaría para siempre "si te vas, no vuelvas, olvídate de que existo y por más que tenga algo que nos una para siempre, jamás te perdonaré, para mí Paulo Dybala estar muerto", no hacia nada más que ignorar lo que decía y pues salí sin importarme lo que ella me tenía que decir, recordaba nuestros momentos juntos, nuestros días en Brasil, recordaba como era ella y cuánto la amaba, los días pasaron y supe que estuvo en Francia, nadie de los chicos me hablaban y todos lo hacían para que me duela mas haberla dejado, el tiempo paso y el divorcio fue firmado, no terminamos de buena manera pero en parte sabía que estaba haciendo lo mejor, nadie sabía en donde estaba ella, publicaba fotos de su rostro pero jamás se dejó ver en cuerpo completo o nos indico ubicación, revisaba su perfil todos los días, seguía a Neymar y vi a el publicar una foto junto a ella, quería morir pero no podía, amo y amare siempre a esa chica que me robo el corazón con sus lindos ojos o que sabía divertirse, cuando vi su foto con Neymar mandé a cancelar la anulación del matrimonio eclesiástico, no iba a permitir que ella se casara con otro que no sea yo y pues así es, nadie me la va a quitar.
En la actualidad.
Salí de mis lindos pensamientos y después fui hacia el estadio ya que era hora de entrenar.
