Después de la discusión que tuve con Ainara salí de la mansión de Ronaldo y pues decidí regresar a casa, al llegar salí del auto en silencio y tome la llaves, abrí la puerta de la casa ya que suponía que Oriana estaba durmiendo pero me equivoqué, entre en silencio a casa y subí a la habitación en silencio y pues escuché que Oriana hablaba por teléfono con Anekke Molenar, lo se por qué está en altavoz, decidí escuchar la conversación así que me quedé cerca de la puerta de la habitación y no hice nada de bulla.
En llamada de Oriana y Anekke Molenar.
Anekke: y cuando le dirás la verdad a Paulo, creo que ya es el momento – susurro riendo.
Oriana: no, si Paulo se entera de que no tengo cáncer y que estoy embarazada, me deja, por qué, pues por qué de inmediato se enojaría por mis mentiras, se enteraría que el niño/niña que llevo dentro de mi y que pronto me hará ver cómo una vaca no es de el y pues también iría tras la putita esa de Ainara – contesto Oriana fastidiada.
Anekke: ay amiga, enserio te admiro, eres tan malvada y genial – rieron las dos.
Oriana: cuando necesites ayuda me avisas, te cuento que hoy vi a Emilia y a Ainara, las dos zorritas estaban en una cafetería, yo llegue con Paulo y el muy idiota me dejó y se fue atrás de ex – decía tan feliz y bien triunfante.
A escuchar todo lo que decían ese par de boludas, lo único que quería era matarme por haber caído en las mentiras de Oriana y haber abandonado a Ainara.
— lástima que todo tu jueguito acaba de terminar – hablé entrando a la habitación sonriendo.
Oriana: te llamo luego – susurro muy fría.
Fin de la llamada.
— Paulo – hablo acercándose a mi – yo puedo explicar todo, solo escúchame – se acercó.
— que querés que escuché, más de tus mentiras – hablé enojado – como es que caíste tan bajo Oriana – grite.
— escúchame, no es verdadero lo que acabas de escuchar – intento besarme – todo lo que escuchaste es mentira.
— cuántos meses tenés de embarazo – pregunté.
— casi 4 – bajo la mirada.
— la última mujer a la que toqué fue a Ainara, si volví contigo y lastime a Ainara de esa manera fue por qué creí en tus mentiras – la tomé del brazo – nunca tuviste cáncer, como es posible que juegues con algo así – grite aún más fuerte.
— hace el favor de escucharme querés – grito llorando.
— no, ahora quiero que cojas todas tus cosas y te largues de mi casa, tienes hasta mañana en medio día para que te largues de mi vida y de mi vista Oriana Sabatini, no puedo creer que abandoné a Ainara por ti – grite y salí de la habitación.
Oriana venía atrás de mi y yo salí de la casa y me fui hacia mi auto, conducí hacia uno de los hoteles de Turín y me quedé ahí, pensaba en las cosas y todo lo que hice, Oriana no merece ni el perdón de Dios y yo tampoco por haber tratado a Ainara así.
Al día siguiente.
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