— Paulo yo no puedo, no, no puedo – digo muy nerviosa.
— no puedes que, que quieres que haga para que me puedas perdonar – dijo muy serio y Lucca grito.
— no me estás entendiendo, no sé cómo hacerlo y como llevar la situación, tú me lastimaste y nosé si pueda ser suficiente para que tu y yo seamos felices – bajo la mirada.
— tu y yo daremos lo mejor para salir adelante, Ainara yo te amo y si hay alguien que tiene la culpa de lo que pasó soy yo – dice y levanta mi mirada.
— lo vamos a intentar – me mira con una sonrisa – pero nadie tiene que saber de esto, solo tu y yo – digo y me mira.
— pero por qué – dice confundido.
— por qué está vez lo haremos bien, ni mamá ni papá que nos obliguen a casarnos, esto empezará desde cero y será todo a su tiempo – digo y me mira aún más raro.
— pero si yo no quiero que estemos separados por mucho tiempo – dice y río.
— no lo vamos a estar, pero tenemos que hacerlo poco a poco – vuelvo a decir.
— pero tú eres mi esposa y una esposa tiene que estar alado de su pareja – ahora pongo yo la cara de confundida.
— ex esposa – digo corrigiendo lo que dice.
— no, eres mi esposa por qué no anule ningún matrimonio eclesiástico – dice y le miró de mala manera.
— que has dicho, que no se supone que tú te encargarías de hacer eso – alzó la voz.
— pero no lo hice, ni loco te voy a dejar en libertad, mucho menos para que alguien más te conquiste, en ese momento llegaría yo y te llevaría de vuelta conmigo por qué eres mi ES - PO - SA – dice y empiezo a reír.
— ya no sé quién es más niño, si tú o yo, acaso estás loco – digo.
— noo pero tómale del lado bueno, nos volveremos a casar otra vez y será por el civil – dice con una sonrisa triunfante.
— nosé que te pasa por la cabeza, enserio piensas como un niño Dybala – susurro y trago mis risas por qué no es bueno reír.
— entonces si me perdonas – pregunta.
— perdonarte que – me mira.
— ash – dice como un niño chiquito.
— dije que empezaremos desde cero, no hay nada que perdonar, entiendes o te hablo en italiano – digo y empieza a reír.
— hablas italiano – pregunta.
— claro que no, cualquier otro idioma menos Italiano – digo y río.
— miren esto hijos míos, su mamá y yo nos vamos a volver a casar – dice sonriendo.
— yo no dije que nos vamos a volver a casar.
— es verdad, ya estamos casados – vuelve a decir y mejor me alejo de el.
— me estas jodiendo – digo y me mira.
Osea que prácticamente si hubo reconciliación, quedamos en no decirle a nadie y nosé cuánto vaya a durar eso, regresamos a la fiesta y cada padrino toma a su ahijado y se lo llevan, de verdad estoy muy cansada y ya me quiero ir, Dios dame una escusa para este momento.
Fin de la narración.
