— tiene mucho que ver con la ganancia de Miami – responde y le pongo más atención por qué esto si me interesa.
— te escucho.
— mi plan es empezar con la construcción de un hotel 5 estrellas, los 4 millones y medio invertidos ahí, pueden ser extraordinarios, podemos estar haciendo crecer a industrias Carbajal y ganaríamos aún más que antes, teniendo que ver con hoteles nos podríamos estar asociando con algunas otras empresas, fábricas de vinos, chocolates y todo eso, tú me entiendes – bajo la mirada y pienso.
— quieres que con la ganancia de Miami construyamos un hotel 5 estrellas y que nos asociemos con más empresarios, sabes que mi padre lo que nunca quiso es asociarse con más gente de fuera, Carbajal tiene que seguir por si solo y no me estoy negando a tu idea pero sabes que no puedo defraudar a mis padres a hacer eso – me mira sorprendido.
— pero es una buena idea, deberíamos platicarlo con la gerente, vicepresidente y tú qué eres la presidenta, les doy mi idea y hacemos una pequeña junta para aclararlo todo – vuelve a decir y lo noto muy insistente con esta idea.
— pues déjame pensar, no estoy segura y tampoco interesada de involucrar mis empresas con otras del exterior – respondo.
Fin de la narración.
Punto de vista sobre Paulo.
Narra Paulo.
Salí del entrenamiento hace una hora y hace unos minutos llegue a las afueras de las empresas de Ainara, Paula la de recepción está en una llamada por lo que aprovechó su distracción para ir hacia la oficina sin que le diga a Ainara que estoy aquí.
Ya estando afuera de la oficina decido quedarme en silencio y escuchar como mi novia, esposa y futura esposa está riendo con otro chico allá adentro, de que están hablando que ríen como estúpidos.
— entonces lo vas a pensar – dice el hombre que la acompaña y Ainara empieza a reír.
— siii, ya te lo he dicho – responde.
— Mi aaaamoooo.... – digo entrando a su oficina sin tocar la puerta.
— Paulo – dice sorprendida.
Le miró al chico estúpido que la acompaña y su sonrisa se le borra cuando me ve entrar.
— perdona, no sabía que estabas acompañada – claro que sabía, pero no le voy a estar diciendo.
— que haces aquí – pregunta con una sonrisa imitada.
— quedamos en que hoy iríamos a pasear con los bebés, te acuerdas – digo mintiendo y me mira raro.
— creo que yo mejor me retiro – dice el metido que la acompañaba.
— siiii hazlo – digo y Ainara me mira.
— que tengas una buena tarde, pensaré mucho en tu propuesta, luego hablamos – dice y le da un beso en la mejilla.
Ainara loca, de una vez ya besalo en la boca, por mi no hay problema.
— que tengan una buena tarde – dice el tonto antes de salir.
— siii y claro que será buena – digo sin pensarlo y me doy la vuelta.
Escucho a la puerta cerrarse y mientras me acomodo en el sofá, Ainara va directo a su escritorio y no me mira.
— que es lo que tramas – dice algo seria.
— yo nada por qué – digo echo el loco.
— controla tus celos tóxicos en mi trabajo por qué si me di cuenta que estabas escuchando atrás de la puerta – vuelve a decir y río.
— no son celos tóxicos, aparte de lo que sea que hayan estado hablando, no me interesa, solo que esté con una distancia de tres metros cuando se trate de ti – vuelvo a decir.
— y ahora quieres que Sebastián este a tres metros de distancia, jodete Dybala, ni loca – ríe.
— entonces te voy a poner un guardaespaldas para que te cuide y me diga todo lo que haces.
— que puto que eres, ojalá y te parta un rayo para que te dejes de payasadas, no quiero ningún guardaespaldas más por qué ya es suficiente con los que tengo – me mira aún más seria.
— ya bueno, ahora nos vamos, iremos a pasar una tarde en familia – digo y me doy cuenta que no están mis bebés.
— tarde en familia, ve solo – responde.
— oye y mis hijos.
— están en la mansión, los deje con la sirvienta – le miró enojado.
— acaso estás loca – grito.
— no idiota y baja la voz – no me presta atención.
Escucho a Lina empezar a llorar y los dos salimos corriendo hacia donde venía el ruido.
— yo la voy a ver – dice y me tapa el paso para ir a ver Lina.
— también es mi hija – digo e intento a hacerla a un lado.
— no hay persona más tonta que tú – dice y entra corriendo a la habitación.
— loca – digo por último.
Toma a Lina en sus brazos y se va a sentar en la cama, sin duda, son hermosas.
— me pasas la manta – dice señalando.
— oye Ainara, enserio vámonos, a los bebés les hará bien salir – vuelvo a decir.
— espera, primero les voy a dar de comer por qué si no en el camino van a empezar a llorar – responde y me siento en el otro extremo de la cama.
Después de varios minutos de estar esperando a Ainara, estábamos listos, los bebés iban en el coche y yo llevaba el coche mientras que Ainara venía atrás con la maleta de los bebés y poniéndose su chaqueta, si supiera la sorpresa que le tengo.
