39. Velada perfecta

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Capitulo 39.

Las pequeñas llamas de fuego que desprendían las velas llamaban mi atención. El delicioso olor a carne recién horneada y el fino olor a vino tinto se emprendo por toda la habitación. Sin duda, una deliciosa cena.

Matthew sonrió ampliamente mientras me miraba con diversión. Desde que acepté ser su novia, no a dejado de mirarme de esa forma. Solté una risita negando con la cabeza mientras agitaba mi copa y bebía de ella.

—¿Me vas a seguir mirando así?— pregunté elevando una ceja. El castaño sujeto su barbilla y sonrió.

—¿Así cómo, huh?

Su mirada retadora hizo que inflada mis cachetes. ¿De verdad lo está preguntando?

—Así, tú sabes— dije. Matt negó con la cabeza divertido con la situación.

—No, en realidad no sé de lo que estás hablando— volvió a negar. Tonto.

Arrugue el puente de mi nariz y bebí otro sorbo.

—Bien, ya no quiero saber— me encogí de hombros restándole importancia.

Corte con delicadeza la carne, incruste el tenedor y lo llevé a mi boca. Hum, delicioso.

Matt soltó una carcajada.

—Tranquila, solo estaba bromeando— agarró la palma de mi mano y la acaricio.

Los latidos de mi corazón se aceleraron y contuve la respiración. En mi estomago, los pequeños dragones me hacían cosquillas, no sabía si era por el hambre o por lo que el ojiazul causaba en mí. Pero si de algo estaba segura, es que este momento junto a él, no lo cambiaría por nada en el mundo.

Elevé una ceja formando una sonrisa en mis labios.

—Lo sé— solté su mano para acariciar su rostro. Matt posó su mano en la mía y cerro sus ojos disfrutando de mis caricias.

—Me encanta ésto— sonrió y abrió los ojos con lentitud.

Mi corazón dio un vuelco.

—A mi también me encanta— lo miré con una sonrisa boba.

—Jessica— sus ojos azules me miraron con añoranza.

—¿Hum?

—Me gustas mucho— sonrió.

Los latidos de mi corazón de aceleraron.

—¿Solo mucho?— elevé una ceja.

Matt soltó una risita.

—Mucho, demasiado. Me tienes completamente loco por ti, Jessica— una hermosa sonrisa se formó en su rostro.

Listo. Me enamoré.

Ya lo estabas, estúpida.

Sonreí tontamente mientras me levantaba de mi sitio para ir hacía Matt. Él seguía mis pasos con sus ojos llenos de diversión.

—Entonces los dos estamos locos— le dije en susurró.

Agarré su rostro en mis manos y lo besé.

Nuestros labios se tocaron con suavidad. Pasé la punta de mi lengua por la comisura de sus labios con lentitud. Matt entreabrió sus labios mordisqueando mi labio inferior suavemente. Su brazo atrapó mi cintura y me atrajo hacia sus piernas. Sus labios se encontraron con los míos deseosos disfrutando de cada delicioso segundo. Podía sentir su respiración agitarse con mi toque en su cuello. Esto era deliciosamente exquisito.

Tu Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora