Comencé a despertar lentamente sintiendo un olor peculiar que me recordaba algo, aunque por el sueño no lograba identificarlo. Toqué unas sábanas que me parecieron deliciosamente suaves y fue cuando abrí los ojos de par en par. No estaba en mi cama, miré a mi alrededor y me di cuenta que aquello era una kingsize y en mi vida solo había visto una cama de tal magnitud.
—¿Qué demonios estoy haciendo aquí? —. Pregunté con un tono de rabia en mi voz.
—Anoche te quedaste dormido en la limusina y te traje a mi cuarto. Me dolía tanto la espalda después de haberte cargado que tuve que tirarme a tu lado. Además, la cama es tan grande que cabrían tres como yo y aun así sobraría espacio—. Dijo la voz del hombre que estaba de pie en la puerta de la sala de baño.
—Arrogante. ¿Por qué no me dejaste en mi cama? —
—En serio no se me había ocurrido esa idea—. Y llevó un dedo a su frente en tono de burla. —Además, estaré fuera unos días y esto estará a tu disposición. —
—¿Fuera? ¿Unos días? —. Pregunté ahora de manera curiosa. El tono irritado de mi voz desapareció al oír aquella confesión.
—Sí, tres días para ser más exacto. Sabes que tengo que encargarme de los negocios fuera del país. —
Hubiera dado la fortuna que no tengo para que me llevara a ese viaje con él. Ya llevaba veinte días infiltrado y no había averiguado nada aún de los negocios turbios de este hombre.—¿Me puedes devolver mi celular? —. Le pregunté cambiando de tema, para demostrarle poco interés a la información que me había acabado de dar.
—¿Para qué? —
—¿Cómo que para qué? Es mi celular, y ahora que estarás fuera quiero ver a mi hermana. Desde que comencé a trabajar para ti no la he visto—. Fue lo que logré decirle para esconder mis verdaderas intenciones de encontrarme con el capitán.
—Bien, tendrás tu celular, pero te quiero aquí al final del día. Los guardias de la puerta estarán aquí todo el tiempo reportándome. —
—¿Para qué me quieres aquí si no estarás por tres días? —. Pregunté un poco molesto con su exceso de control.—Exacto, saldré por tres días, pero es probable que regrese antes y quiero a mi valet de chambre aquí. Además, no es una petición y sabes bien lo que sucede cuando me desobedecen. —
Bien, otra vez volvió a ganar. No sé qué efecto tiene este hombre en mí que no puedo negarme a sus órdenes. Me levanté molesto de su cama y me fui a mi habitación donde me duché como cada mañana. Cuando bajé al salón principal vi uno de los guardias de seguridad parado de espalda a la terraza.—El señor Kim Jongin tuvo que irse de repente. Me pidió que le diera este sobre; dice que es su primer pago como empleado. —
El guardia me acercó el sobre y se alejó saliendo por la puerta principal. Abrí el envoltorio y me sorprendí al ver la cantidad incontable de dinero que salió del interior.—No puede ser, este hijo de perra me dejó una millonada, una fortuna—. Mi cara se iluminó de alegría al pensar todo lo que podía hacer con ese dinero. Mi alegría se completó cuando vi mi celular encima de la mesa del gran salón. Lo cogí y rápidamente marqué un número.
—Soo, al fin llamas. Hace meses que no sé de ti—. Oí a mi hermana decir al otro lado de la línea.
—Disculpa Ming Ming—. Era la forma cariñosa en que me gustaba llamarla. —He estado con mucho trabajo últimamente. Pero si deseas podemos comer algo hoy al mediodía. —
—Claro que si—. Respondió mi hermana sin tapujos. —¿En el mismo lugar de siempre? ——Si, a mediodía entonces. Besos hermana—. Dije y colgué la llamada.
Después de veinte días sin mi celular no podía llamar a nadie de la agencia porque no sabía hasta qué punto yo podía estar vigilado. Quizá Kai había mandado a que pincharan mi teléfono. De todas maneras, ya no me era muy útil.
Me fui a la terraza y dejé caer el móvil al jacuzzi. Con todo el dinero que me había pagado hoy me podía comprar uno nuevo y hasta de último modelo, así que me encaminé a la salida y me subí al ascensor. Los matones que Kai había dejado en la puerta me miraron preguntándose cómo había tenido el valor de salir tan descaradamente si el jefe había salido por esa misma puerta hacía solo media hora nada más.Una vez que estuve frente al gran edificio, busqué un taxi y cuando echó a andar le di varias instrucciones que perdería a cualquier auto en caso de que algún matón me hubiera seguido. Llegué a un enorme centro comercial y me adentré rápidamente sin mirar a los alrededores; debía lucir lo menos sospechoso posible. Entré a una tienda de electrodomésticos y compré un teléfono de prepago. Marqué uno de los tantos números de la agencia que había memorizado y me vino el alma al cuerpo cuando oí la voz del capitán.
—Soy Chanyeol. —
—Capitán—. No lo dejé terminar de hablar.
—Kyungsoo, ¿eres tú? Demonios, hemos estado preocupados por ti. Todos estos días sin noticias tuyas. ¿Dónde estás? —. Pude sentir la voz afligida del capitán al otro lado del teléfono.
—Centro comercial de la calle Loto, cafetería del segundo piso en media hora—. Fue lo único que dije antes de romper el teléfono prepago y lanzarlo al primer contenedor que tuve a la vista.
Media hora después estaba terminando mi segundo café cuando vi al capitán disfrazado de trabajador de clase media. Llevaba puesto un traje azul oscuro de cuello y corbata, un maletín oscuro que daba la impresión de hombre de negocio y se sentó en la mesa que estaba junto a la mía. Su rostro y el mío miraban a nuestros cafés dando la impresión de dos desconocidos en mesas diferentes a la vez que hablábamos en voz baja.
—¿Qué demonios está sucediendo Kyungsoo? Hace semanas que te perdimos el rastro, y no hemos sabido nada de ti. No nos contactas, si quiera...
—¡Silencio! —. Logré decir para llamar la atención del capitán. —No los he podido contactar porque hasta hoy no había podido salir del penthouse, además, me quitó mi celular y me tiene con vigilancia. Ahora mismo debe tener alguno de sus matones siguiéndome por lo que no tenemos mucho tiempo...
Continué diciendo, a lo que añadí todo lo poco que había podido averiguar en estos últimos días, pero sin añadir el sexo con el desconocido al aire libre y la mamada que vi a aquella puta darle a Kai en el calor de su habitación. Una vez hube terminado mi relato me levanté de la mesa y dejé un billete para pagar el café. El capitán Chanyeol debería quedarse un rato más para continuar con su fachada.

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Infiltrado [KaiSoo]
FanfictionCuando pensabas que nada podía salir mal es cuando se complican las cosas. Do Kyungsoo se embarca en la misión más importante de su carrera; una misión que lo podría convertir en uno de los mejores agentes especiales de Corea del Sur, pero el amor l...