El sol comenzaba a asomarse por la ventana que se encontraba en mi habitación. Cuando los primeros rayos de luz se posaron en mi rostro no pude evitar pestañear con desconcierto. La claridad había comenzado a llenar el lugar y pude finalmente ver el cuerpo de Jongin reposando debajo de mí. Mis mejillas descansaban encima de su pecho y podría jurar que nunca se sintieron tan bien. Su cuerpo sudoroso, debido al abundante calor dentro de la habitación, era uno de los mejores espectáculos que pude haber visto en mi vida. Su respiración calmada me decía que aún dormía y su boca entreabierta me invitaba a saborearla, a degustar del exquisito manjar que era. Mi vista no pudo evitar posarse en su pecho semidesnudo debido a que los botones de su camisa estaban sueltos. Su delineado abdomen me invitaba a tocarlo, a pasar mis dedos por cada línea, cada cuadro que tenía hasta que se perdía en la pelvis. Su hermoso ombligo dorado que subía y bajaba lentamente debido a la respiración dejaba ver una que otra gota de sudor.
—¿Puedes dejar de mirarme así? —
Sus ojos aún cerrados y su voz ronca me despertaron de mi letargo haciéndome reaccionar rápidamente e intentar levantarme de la cama. Acción que fue detenida por una mano suya que me jaló y me trajo de nuevo a su húmedo pecho.
—Si querías tocar solo debías hacerlo. —
—Basta señor Kim— le dije mientras forcejeaba tratando de huir de su amarre—, déjeme ir, por favor.
—Solo si me llamas Kai te dejaré ir. —
—¡No! —
—Do Kyungsoo. —
—No Jongin— ya mi voz más que demandante parecía un sollozo intentando aguantar las ganas de llorar—, solo soy tu vallet de chambre para ti, nada más.
—¿Entonces es eso? — preguntó soltándome de sus brazos para incorporarme en la cama. —¿Te vas a portar como el niño malcriado tú ahora?
—Tuvimos sexo Jongin— ya mi voz había subido una octava más de tono—, me trataste como un trapo por ser tu empleado y no me dejaste renunciar cuando te dije que no regresaría. ¿Me puedes explicar qué mierda quieres de mí?
En un abrir y cerrar de ojos Kim Jongin se abalanzó encima de mi dejando todo el peso de su enorme cuerpo encima del mío. Pesaba, diablos que si pesaba. Su mano derecha estaba apretando mi cuello y su mirada daba miedo. Su mandíbula estaba tensa y sus dos labios estaban apretados dibujando una sola línea donde era casi imposible diferenciar entre el inferior y el superior.—Nunca nadie me ha gritado o hablado así y ha vivido para contarlo. — Pude jurar que el miedo estaba dibujado en mi rostro. —Me gustas Do Kyungsoo, y ahora eres mío. Nunca te dejaré escapar de mis brazos. Me encanta tu aroma, tu delicada piel, el sabor de tu boca y tus labios carnosos son los más suaves que alguna vez probé. —y dejó una delicada mordida en mis labios mientras decía esto, la cual en vez de intimidarme me provocó un calor interno dejando un ligero sonrojo en todo mi rostro. —Ahí está lo que más me gusta de ti, Do; ese ligero sonrojo que demuestra tu timidez y a la vez cuanto te gusta lo que te digo o lo que te hago.
—B-basta J-jongin. Q-quítate de encima de mí.
Su miembro ya duro hizo una leve fricción con el mío provocando un leve gemido involuntario. Me mordí un labio por aquella acción. Me estaba castigando a mí mismo; debía enfocarme en la misión, pero ¿cómo hacerlo cuando tenía a semejante hombre encima de mí con una dura erección empujando en mi abdomen?
Un leve movimiento de sus caderas simulando un embiste me sacó otro gemido y esta vez llevé una mano a mi boca provocando una hermosa sonrisa en los labios de Jongin.
¡Maldita boca!
¡Traidora!
Me estaba jugando una mala pasada dejando escapar esos gemidos.
—Eso es Do, gime para mí. —Dijo ese amante de los dioses mientras unía nuestros labios en un profundo y delicado beso ahogando mis gemidos. Mis labios parecían inexpertos mientras se dejaban guiar por los suyos. Mis piernas se afianzaron a sus caderas mientras mis manos dejaron de resistirse para posarse en su cuello.
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Infiltrado [KaiSoo]
FanfictionCuando pensabas que nada podía salir mal es cuando se complican las cosas. Do Kyungsoo se embarca en la misión más importante de su carrera; una misión que lo podría convertir en uno de los mejores agentes especiales de Corea del Sur, pero el amor l...