Capítulo 17

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La fotografía parecía que había sido tomada dentro de un estacionamiento. Se veían autos alrededor y detrás de las personas. Aparentemente el magnate, quien estaba rodeado por varios hombres que desprendían un aura oscura que daba miedo, se despedía de sus socios, Kim Jongin y Kim Junmyeon, o como lo conocíamos en la familia…mi cuñado Suho.

Ahí vi claramente el rostro sonriente de mi cuñado mientras estrechaba una de las manos de ese hombre entre las suya. Al parecer habían llegado a algún tipo de entendimiento por las expresiones faciales de ambos, mientras que Kim Jongin portaba una maleta negra en su mano derecha.

Entonces lo supe, si quería ganarme la confianza de Xiumin de vuelta, así como la del resto de mi equipo, debía descubrir cuál había sido el trato que se había llevado a cabo en aquel lugar…y lo iba a descubrir, aunque tuviera que dejar de llamarme Do Kyungsoo, pero en estos momentos, lo más importante era saber de mi hermana. ¿Sabría Mingsoo sobre el verdadero trabajo de su esposo y padre de su futuro hijo? De ser así, ¿estará de acuerdo con eso? Debía salir de las dudas, por lo que busqué mi celular y rápidamente marqué su número. Luego del tercer tono ahí estaba su voz, feliz y llena de luz como siempre.

SooSoo, ¿eres tú? No pensé saber tan pronto de ti.

—MingMing —intenté sonar lo más natural y divertido posible —, solo estoy queriendo ser un buen hermano y me estoy preocupando por mi sobrino.

Aww, SooSoo, sabía que podía contar contigo. Yo estoy bien, no tienes que preocuparte, solo que esta niña me está haciendo ir al baño más de lo que deseo.

—Me imagino —saber que mi hermana era feliz me daba alegría y me provocaba un poco de rabia también. Ella –aparentemente- había encontrado un hombre genial que la amaba, según ella ‘’el hombre de sus sueños’’ —. ¿ya le contaste a tu esposo?

Si SooSoo.

—No me llames más SooSoo, sabes que lo odio. —le dije intentando sonar molesto provocando la risa de mi hermana al otro lado de la línea.

Y tú no me llames más Do Mingsoo, sabes que ya no porto ese apellido desde que me casé con Suho —me recriminó —, ahora soy Kim…Kim Mingsoo.

La simple pronunciación de aquel apellido me hizo darme dos bofetadas mentales al recordar el objetivo de mi llamada. El simple hecho de oír la palabra Kim me provocó un cosquilleo en el estómago que nunca había sentido nunca, ¿qué era eso, asco? La única persona embarazada en esta conversación era mi hermana y sin embrago era yo quien tenía murciélagos en el estómago. Si, murciélagos, porque era tan fuerte esto que estaba experimentando que no podían ser mariposas.

—Volviendo al tema Kim Mingsoo —estas últimas palabras fueron pronunciadas con un poco de sarcasmo —, ¿cómo fue la reacción de tu esposo cuando le dijiste?

Se volvió loco —. Y ahí estaban los gritos desenfrenados de mi hermana una vez más. Estaba loca, definitivamente creo que fue cambiada en el hospital en el momento de su nacimiento —. Me cargó, me besó, hicimos el amor como locos esa noche y al otro día puso manos a la obra para la decoración de la habitación de la bebé. Incluso se apareció con varios nombres que quería que les diera el visto bueno.

—Ah, Mingsoo, esa parte del sexo pudiste haberla omitido, ¿sabes? —le recriminé esta vez yo, pero sin evitar soltar una pequeña risa —. ¿Y su trabajo?

—¿Qué tiene su trabajo? —preguntó esta vez ella un poco confusa. Mierda, estaba seguro de que la había cagado. Hacer ese tipo de preguntas a una mujer con un coeficiente intelectual tan alto como el de mi hermana era una estupidez, porque de seguro comenzaría a sospechar. —Escúpelo ya, Kyungsoo.

Infiltrado [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora