Habían pasado dos días desde el incidente con YiFan en la oficina de JongIn. Estaba rebosando de felicidad porque mi hermana me había llamado queriendo hablar conmigo para pedir perdón por la reacción que tuvo cuando se enteró de mi relación con el moreno.Me había vestido con ropa de invierno ya que esa mañana hacía mucho frío. Un jean ajustado vestía mis tonificadas piernas y una enguatada blanca de cuello de tortuga mi torso. Odié la idea de abandonar la cama y con esta el calor que emanaba del cuerpo de JongIn, pero él sabía que me reuniría con MingMing en un bar no muy lejos de allí para desayunar. Aprovecharía esa ocasión para luego reunirme con el capitán Park e informarle lo sucedido en los últimos días. De seguro estaría de acuerdo conmigo que Kim JongIn era inocente de todos los cargos de los que se le acusaban.
Caminaba por la calle Teherán con las manos en los bolsillos de mi pantalón cuando me di cuenta de que alguien me seguía. Llevaba un traje como los que vestían los perros de Kai.
—Maldito imbécil. —saqué el teléfono de mi bolsillo y lo llamé. No me importaba que estuviera durmiendo. Él debía aprender a confiar en mí.
—Buenos días amor. —una voz somnolienta se escuchó del otro lado de la línea. Probablemente aún estaría durmiendo.
—¡Imbécil! —le ataqué—. ¿Eso es lo bien que confías en mí? Enviando uno de tus sabuesos para que me vigile.
—KyungSoo. —su tono ya no me gustó. De seguro me pasé reclamándole—. Relájate amor. No envié a nadie a seguirte. ¿Dónde estás? —ya su voz sonaba preocupada.
—Estoy en la calle Teherán, cerca del Hotel Kukdo.
—Bien, eso es a solo dos calles de aquí. No te muevas que ya voy llegando.
Escuchando esas últimas palabras de Kai mi teléfono fue arrebatado de mis manos. Wu YiFan estaba delante de mi sosteniendo el dispositivo que una vez tuve en mi oído. Me di la vuelta para correr lejos de allí, pero el hombre trajeado me acorraló apuntando con un arma.
—Relájate cariño—me di la vuelta para encararlo —, no tienes a donde escapar. Además, no te sucederá nada malo.
—¿Qué quieres? —me mostré molesto. No tenía miedo de este hombre y tampoco iba a fingir. Necesitaba demostrarle a este criminal que Do KyungSoo tenía las bolas para enfrentarlo y no era la perra que él había pensado.
—Valla valla, la puta de Kim JongIn tiene carácter—llevó una de sus manos a mi rostro logrando que nuestras miradas chocaran—. Solo estoy aquí para dejarle un mensaje a ese imbécil.
—Será mejor que hables pronto antes de que llegue y te pegue un tiro en la cabeza. —mi voz era tranquila, relajada. Sabía que Wu no haría nada en mi contra ya que estábamos en una de las calles más transitadas del país. Además, no sería tan estúpido como para ser cazado por JongIn en caso de que me sucediera algo.
—Me robó 50 millones. Me prometió que los duplicaría y al final me los quitó.
—Tú te lo buscaste. Eres un criminal. —vale, ahora si me estaba asustado porque YiFan sacó un arma del interior de su saco y mientras se pegaba a mi cuerpo de manera brusca me encañonó en el estómago.
—¿Dónde están las agallas ahora? —su asquerosa lengua rozó mi cuello—. Será mejor que le digas que me devuelva mi dinero o ella muere. —la foto de mi hermana sentada en nuestro bar favorito, esperando por mi llegada se vio en la pantalla de un celular que no era el mío.
Wu YiFan sabía bien que MingSoo era la esposa de JunMyeon, la mano derecha de JongIn, y a la vez mi hermana, lo que la convertía en el eslabón más débil en esta cadena. Ella era la persona perfecta para negociar si querías ganar.
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Infiltrado [KaiSoo]
FanfictionCuando pensabas que nada podía salir mal es cuando se complican las cosas. Do Kyungsoo se embarca en la misión más importante de su carrera; una misión que lo podría convertir en uno de los mejores agentes especiales de Corea del Sur, pero el amor l...