Capítulo 23

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Después de dejar a Baekhyun cerca de su apartamento decidí pensar un poco en lo que iba a hacer a partir de ese momento. Me senté en un parque por horas donde tomé helado en un puesto ambulante mientras veía los niños correr de un lado para otro. Mi celular no paraba de vibrar en el bolsillo de mi jean, pero decidí ignorarlo cada vez que lo sentía, ya que sabía de quién se trataba. Por mucho que quería negarlo estaba evitándolo y tarde o temprano tendría que enfrentar a JongIn.

Finalmente decidí conducir hacia el penthouse y con cada segundo que pasaba mis nervios se aceleraban aún más porque sabía que estaba llegando a mi destino. Pasé por el lobby como si fuera dueño de aquel lugar solamente mirando de reojo al conserje y haciendo una pequeña reverencia hacia el señor. Subí al elevador y lo pensé por un momento hasta que presioné el número del piso. Uno o dos minutos después estaba allí, frente a aquella puerta que tanto me intimidaba.

No, lo que me intimidaba de veras era lo que podía encontrar detrás de esa puerta.

No había ningún guardia por allí, así que no fue problema entrar. Al hacerlo escuché retazos de una conversación que JongIn estaba teniendo con alguien.

—No me contesta el celular. —al parecer estaba un poco desesperado—. Ya no sé qué hacer o donde buscarlo.

—Debes ser paciente Kai. —si, hablaba con JunMyeon —. Él regresará en algún momento. Mingsoo también lo ha llamado y no contesta. Ella se quiere disculpar por su reacción.

Mi hermana, ¿MingMing me había llamado? Busqué mi celular en el bolsillo del jean y habían más de veinte llamadas de JongIn junto a varios mensajes suyos. También había algunas llamadas de mi hermana.

—Lo eché a perder JunMyeon... — seguía diciendo Kai—. Lo quiero mucho y lo eché a perder.

—Si de veras me quisieras no hubieras tomado decisiones que no son tuyas. — esta vez salí de mi escondite para encararlo. Su rostro pasó de preocupado a asustado.

—¿Estabas ahí? ¿Qué tanto has escuchado?

—Lo suficiente para saber que eres un idiota Kim JongIn.

—Un idiota que te ama Kyung...— una cachetada le silenció.

—No te atrevas a decir esas palabras de nuevo. —levanté mi voz un poco para hacerme sentir —. Tu no amas a nadie, solo sabes dar órdenes y tomar las cosas a la fuerza.

—Creo que yo mejor me voy. —esta vez fue JunMyeon quien habló. Nos dio la espalda y se perdió detrás de la puerta.

—Perdón.

—No te perdono.

—Perdón por todo lo que te he hecho pasar, por todas las estupideces que he dicho, por ser tan posesivo contigo. —se pasaba las manos por el dorso de su pantalón de tela y luego por la cabeza alisando su perfecto cabello dorado. Parecía estar nervioso—. Soy posesivo cuando no me gusta que miren o toquen lo que es mío.

—Que no soy un maldito objeto que pue...—mi voz fue callada por esos labios tan dulces que ya necesitaba volver a saborear. Esos labios que tenían la capacidad de hacerme olvidar quien era o cuál era mi objetivo en aquel lugar.

Intenté separarme de él, pero sus manos en mi nuca hacían difícil mi tarea. Mientras más tiempo estuviera cerca de JongIn, más difícil se me haría separarme luego.

Necesitaba aire para respirar y fue cuando el maldito aprovechó para meter su lengua hasta la campanilla de mi garganta. Definitivamente él había ganado esta pelea y al sentirme completamente derrotado no me quedó de otra que dejarme llevar por su boca y por sus manos las cuales ya estaban apretando mi trasero, así que con un pequeño brinco entrelacé mis piernas a su cintura.

Infiltrado [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora