Capítulo 26 [Final]

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La impaciencia me estaba matando dentro de aquel taxi en marcha. Su teléfono timbraba y timbraba y no lo cogía. Necesitaba saber dónde se encontraba JongIn para avisarle, decirle que debía escapar, huir y así luchar por su libertad.

Finalmente, en el segundo intento escuché la voz de mi hombre. Esa voz gruesa que me hacía derretir por dentro. Sonaba calmado, relajado, por lo que tuve que apurarme a preguntar para darle la dirección al conductor de aquel taxi.

—¿Dónde estás?

—Relájate amor. ¿Qué sucede?

—¿Dónde estás Kim JongIn? —mi voz sonaba alterada. Realmente esta histérico con la situación y si no me decía pronto yo mismo me encargaría de matarlo cuando lo encontrara.

—Estoy en tu café favorito.

¿Mi café favorito? ¿Cómo JongIn sabía cuál era mi café favorito? Nunca le había dicho nada de eso. De hecho, casi no le contaba de mi vida por lo que me pareció extraño que supiera eso. Decidí no tomarle importancia a ese dato y darle la dirección al conductor.

Camino a mi destino recibí una llamada de un número que no tenía agendado. No sabía si debía responder o no, pero debido a tanta insistencia decidí correr mi dedo a la derecha de la pantalla.

—¡Hola!

—¿Do KyungSoo? —preguntó la voz al otro lado del auricular. No la reconocí por lo que decidí no prestarle mucha importancia.

—Si, soy yo, pero ahora no puedo hablar. Estoy ocupado.

Soy Oh SeHun. —maldición. Había estado esperando esa llamada desde días atrás. ¿Por qué precisamente ahora? ¿Era tan cruel el destino? Necesitaba tomar una decisión y pronto. Quería averiguar el motivo de la muerte de mi madre, pero ahora mismo era mi deber ocuparme de los vivos—. Hace unos días estuviste en mi casa queriendo saber sobre nuestros padres...

—Oh SeHun... —le corté —. Realmente necesito hablar con usted, pero no ahora. ¿Me puede llamar en otro momento?

Si, si. Por supuesto. —dijo el chico, quien a pesar del trato que me había dado anteriormente me pareció agradable ahora—. Entiendo que debe estar ocupado. Yo lo llamo.

Sin más que decir colgué la llamada. Unos minutos después estaba llegando a la entrada de aquel hermoso lugar. Bajé corriendo luego de pagar. Desde afuera pude ver, a través de la vitrina, a ese hermoso moreno de cuerpo fornido bebiendo un cappuccino. Entré corriendo al lugar y me senté en la mesa frente a él. El corazón me latía a mil por segundos, tanto qué llegué a pensar que de me saldría por la garganta.

Lo besé en la boca una y otra vez sin importarme los ojos chismosos que ya se posaban encima de nosotros. Esta sería la última vez que me encontraría con este hombre que tanto amo así que no podía desperdiciar el tiempo.

—Te amo Kai. —sus ojos se abrieron como platos. Al parecer nunca se esperó esa confesión de mi parte y menos en un lugar tan público.

—¿Qué te sucede? ¿Estás bien, Kyung? —llevó sus manos a mi rostro y me inspeccionaba para ver si estaba bien.

—Sucede que te amo Kim JongIn —quité sus manos de mi rostro y entrelacé nuestros dedos—y creo que nunca te lo había dicho. A pesar de ser un hombre prepotente, o de comportarte como un niño malcriado cuando quieres algo me enamoré de ti y no lo supe hasta ahora.

Infiltrado [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora