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Hacer todo lo que el diga, esa era la única opción que tenía.
Jisung se encaminó hacía el patio de la pequeña casa luego de levantarse de la cama y haberse cepillado los dientes, dónde ahí mismo veía muchas veces a Minho ejercitarse y dónde serían sus clases de entrenamiento de disparo.
Se detuvo en su lugar suspirando al ver cómo colocaba sus muñequeras, sabía que era la hora de entrenar junto a el, Lee tenía una toalla blanca rodeada en su cuello con una remera negra sin mangas y trasparente, con el pelo algo mojado debido a la transpiración por haber terminado de ejercitarse.
Han no tendría que estar pensando en que esa imágen era realmente sexy.
Inútil.
Lee se percató de su presencia y fijó su mirada en el dándole una sonrisa.
Linda forma de despertar.
-Póntelas. -Dijo el mayor, extendiendo otro par de muñequeras a su dirección.
El rubio no dijo nada, se acercó colocándose a su lado agarrando las muñequeras, soltó un suspiro mientras se las agregaba sabiendo lo que pronto llegaría, pero de pronto sintió una leve incomodidad, cómo si lo estuvieran observando, miró de reojo y no pudo evitar mover su cabeza y detener su mirada en los ojos del pelinaranja, era verdad, se lo estaba quedando mirando.
-¿Q-Que miras?
-Nada, comencemos.
Le entregó el arma con el silenciador ya puesto.
-¿Cuántos intentos hoy?
-4 balas, 4 intentos.
Jisung no pudo evitar abrir los ojos, realmente se llevó una gran sorpresa, la primera vez tuvo un sólo intento, pero ahora eran muchos y podría haber una posibilidad de que una de esas balas sea para Minho, ¿Porqué tantos intentos? ¿No tenía miedo de que en cualquier momento pueda actuar con una de ellas?
Hoy realmente era un lindo día.
Sólo eran 4 balas, pero una de ellas definitivamente iba a valer la pena.
Tragó duro y posicionándose de forma correcta elevó el arma hacía ese lejano círculo negro de la pared.
Lee asintió afirmando mejor los brazos contrarios llevándolos un poco más hacía abajo.
-Concéntrate. -Dijo, tratando de colocar una voz calmada y tranquilizadora.
El rubio apretó sus labios y cerrando uno de sus ojos para poder enfocar con más claridad la vista hacía su objetivo disparó.
El resultado no fue malo, le había dado muy cerca del punto negro, demasiado diría que hasta Lee no pudo evitar reír un poco, ¿Era más bien una burla o ese tiro lo dejó satisfecho?
Pensamientos de molestias andaban por la mente de Han, intentó con el segundo y de nuevo acertó dándole ahora al otro lado pero esta vez rozando la línea, estaba muy cerca de que el siguiente tiro sea seguramente el correcto.
