ꜱᴀʟᴠᴀᴅᴏʀ 【𝑴𝒊𝒏𝒔𝒖𝒏𝒈】

【 11 】

-¿Q-Que haces? -Dijo, Minho sonrió de lado.

-Eres mi prisionero, eres mío Jisung y en un futuro lo seguirás siendo. -Murmuró aún cerca de su cuello.

Han no entendía sus palabras y menos sus acciones, estaba fuera del mundo real en estos momentos, era tonto, pero su cabeza estaba inclinada, dejándole al secuestrador el paso libre a su zona, y no sabía porqué estaba posicionado de esa manera, se estremeció un poco al sentir los tibios labios del mayor contra su piel, dónde éste le había dejado un silencioso y corto beso.

Jisung abrió los ojos de repente y empujó al mayor lejos de su cuerpo, observándolo ahora con una respiración agitada y con el ceño fruncido.

Pero raramente su corazón le latía fuertemente y su calor corporal era cada vez más alto.

Minho sólo salió de la sala sin decir nada, dejando a un rubio completamente confundido.

¿Qué es lo que le ocurrió?

Demente.

Jisung analizaba las raras actitudes de Minho hacía él, de raro se refería al acercamiento inoportuno y algo confuso por parte del mayor.

Suspiró acomodándose mejor en la cama tratando de salir de esos pensamientos absurdos, ahora sólo quería dormir.

La puerta de la habitación fue abierta, Han cerró los ojos al saber de quién se trataba, fingiría estar dormido, ya qué, la última regla de Minho era algo inevitable de discutir.

Oía los silenciosos pasos de Minho rondando por la habitación, pero de repente, todo se volvió oscuro, ya había apagado la luz, y Han sabía qué lo que venía ahora lo iba a incomodar mucho, sólo lo evitaría y esperaría a poder dormirse lo más pronto posible.

La cama comenzó a rechinar un poco, un peso demás ya se estaba acercándo hacía el otro hueco vacío de la cama, Jisung frunció el ceño levemente haciéndose bolita en su lugar.

Pero de repente, la vista de Han fue completamente bloqueada.

Una fina tela estaba cubriendo todo su rostro, el degenerado se había sacado la camisa y se la había lanzado.