Poesía De La Vida[CITRUS]

CAPITULO#40

TAY

Estaba ahí parado mirando, mirando muy bien aquella sonrisa en sus labios.

Salió de la habitación, talvez por que en el fondo odiaba ver tantas mentiras en un solo lugar.

Odia el hecho de que su hermano fuera engañado pero odiaba mas verla a ella ser engañada.

Incluso ese mismo día era el culpable de su propio mal humor.

Al llegar a la cocina se preparó una taza de café amargo ya que para él eso era lo único, verdaderamente natural y real que le avía dejado su madre, un simple sabor amago de un grano de café.

Solo vio la lluvia caer por la ventana empañada por el vapor de la caldera que hervía mientras estaba sentado, ya no le importaba todas esas sensaciones quemantes en su boca o el frío en sus pies o rostro, al final no iban a matarlo después de todo.

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HARU

Cuando bajo por un vaso de agua encontró a Tay sujetando una taza vacía.

Entonces noto las mejillas de su hermano, rojas por el frio y lentamente se quitó el gorro y la bufanda que se avía puesto hace poco.

- Toma, por tu cara párese que estar por sufrir una hipotermia - puso el gorro negro en la cabeza del chico rubio para después seguir con la bufanda.

- gracias...........

- iré a descansar un poco, estoy muy agotado y hace mucho frio - estiro sus labios en modo que lo hiciera ver feliz. - También deberías de ir a descansar - dijo Haru alejándose.

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YUZU

Noto que la puerta se abría, escucho los pasos suaves que venían hacia ella.

No podía ver nada, todo estaba oscuro aun así el dijo su nombre.

- Que - dijo con un claro tono de cansancio y sueño.

- estoy cansado y no se a donde ir, no quiero molestar a Haru - dijo el.

- y si puedes molestarme a mi? - respondió ella.

- si.- respondió el

-.............. - y ella no dijo nada.

- pero me puedo ir si me lo pides

Ella golpeo repetidas veces al lado de su cama, no dijo nada pero sin palabras le pidió que se acostara a su lado si no tenía a donde ir.

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TAY

No podía ver absolutamente nada así que solo siguió por el ruido desganado que ella causaba golpeando la cama con su mano.

Con su chamarra que no dejaba de hacer ruido en cada movimiento que hacia, en ese pleno silencio al borde de la cama apunto de caerse al suelo, dejo escapar repente unas lágrimas por sus ojos rojos por el cansancio de ver todo blanco.

- la oscuridad relaja mis ojos por ver cosas que no quería ver.

- estas llorando Tay?

- no.