Yoongi suspiró, totalmente nervioso y volviendo a mirar por la ventana, ahí estaba Jimin, sentado en el sillón de su casa riendo mientras miraba el celular. Bien, es momento de poner en práctica algunos de los consejos de Namjoon. Miró hacia todos lados asegurándose de que nadie estuviera viéndolo, no había un Kao a la vista, tampoco la pareja de Jimin, y el barrio en el cual vivía estaba casi desierto a esa hora de la tarde.
Perfecto.
Sacó su celular y apuntó hacia la figura del menor, verificó que el flash estuviera apagado e hizo zoom. Mientras seguía vigilando que nadie lo estuviera mirando apretó el temporizador.
Y en 3, 2, 1...
Gritó internamente y se sentó con la espalda apoyada en la pared, su segunda foto había sido tomada con éxito y esta vez no tuvo que correr como alma que lleva el diablo puesto que Jimin no se percató de su presencia.
Guardó su celular en el bolsillo trasero y gateó hasta la entrada de su casa, una anciana iba pasando por la calle y se le quedó mirando raro, el pelinegro no la culpó, pues ver a un adulto caminando como perro en el césped era muy extraño, por no decir inusual.
Cuando llegó hasta la puerta, introdujo la llave e ingresó en su hogar. Sonrió mostrando sus encías y volvió a mirar la foto que había tomado recientemente una y otra vez.
«Park es jodidamente hermoso hasta estando sentado»
Yoongi buscó el número de su amigo entre los contactos y marcó, necesitaba contarle su más reciente hazaña.
—¡Hyung! Que sorpresa, normalmente soy yo el que te tiene que llamar ¿En qué puedo servirte?
—En nada Namjoon, solo venía a contarte que le he tomado una fotografía a mi vecino con rotundo éxito.
Mientras oía la risa jubilosa de su amigo caminó hasta la cocina y se hizo un café, mañana necesitaba entregar unos cuantos trabajos corregidos a sus alumnos sobre la segunda Guerra Mundial y no quería estar a última hora calificándolos uno por uno.
—Ah~ Mis consejos dan resultados por una vez en la vida— al otro lado de la línea se escuchó como algo caía al suelo y rebotaba provocando un estruendo. —Uh, lo siento hyung, golpeé una caja de lápices sin querer.
Yoongi gruñó por el dolor que eso le causó a sus oídos. —No te preocupes, la costumbre hace al maestro, supongo.
Silencio durante unos minutos. —Hyung...es "la práctica hace al maestro", no la costumbre...
El pelinegro se golpeó la frente con la palma de su mano. —No pues si estoy bien pendejo.
Namjoon estalló en carcajadas. —Si hyung, estás bien pendejo.
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Trasero Apetecible / Yoonmin
FanfictionDesde que el molesto inquilino se había mudado a la casa que estaba al lado de la de Yoongi, él no podia tomar su preciada siesta. Y no porque el tipo estuviera jodidamente bueno -de acuerdo, eso sí influía, pero no totalmente- el tema es que su ve...