🍇 13 🍇

1.8K 293 16
                                    

Una noche en específico hubo algo que colocó en alerta todos los sentidos del pelinegro. Un objeto de vidrio se quebró en plena madrugada en la casa de su vecino, lo distinguió por el característico sonido del cristal al romperse. Yoongi despertó de sobre salto y medio adormilado prendió su lamparita de noche. Colocó oído para ver si lograba escuchar alguna otra cosa, pero durante cinco minutos no pasó nada.

Se tendió sobre su cama otra vez y cerró los ojos.

Un grito.

Pero no supo a quién pertenecía la voz.

No podía ser Kao porque no era una voz de niño, tampoco podía ser Jimin porque no sonaba como él. Nunca había hablado con la pareja de su vecino, por lo tanto no sabía cómo era su voz. —¿Tengo que preocuparme?— se preguntó a si mismo en un susurro. Era plena madrugada y mañana debía impartir clases y hablar con la directora del establecimiento para convencerla de darle esa reunión a Jimin —No debería meterme en asuntos ajenos.

Rodó sobre su estómago y hundió el rostro en la almohada, estaba a unos segundos de colocarse los tapones para oídos en caso de que decidieran quebrar alguna otra cosa o llamar a su vecino a gritos cuando oyó como volvía a caerse otro objeto, esta vez apostaba lo que fuera que el material era de cerámica.

«Que se rompan cosas en plena madrugada es bastante raro»

Esto solo había pasado en esas típicas películas de terror donde la casa solía estar embrujada y el fantasma levantaba y tiraba cosas a diestra y siniestra. Eran tan fantásticas que Yoongi las encontraba ridículas, aunque muy dentro de él sí le daban miedo, pero no solía admitirlo.

Una sirena de patrulla policial inundó el ambiente y Yoongi se levantó por completo, todo se estaba colocando demasiado turbio, primero los objetos quebrados, luego los gritos, y ahora esto. Como buen vecino chismoso que era se asomó por la ventana de su habitación y divisó como la patrulla pasaba de largo y luego retrocedía hasta estacionarse justo frente a la casa de Jimin. Dos oficiales se bajaron y tocaron la puerta.

Abrió la pareja de su vecino. Sonrió mostrando sus hoyuelos y dio a entender que no había pasado absolutamente nada. Jimin apareció tiempo después arreglándose el cabello y con su hijo en brazos. El pelinegro distinguió como más luces se encendían a lo largo de la calle en la cual vivían y comprendió que él no era el único interesado en el extraño suceso, sus vecinos estaban igual de pendientes.

Volvió a mirar hacia donde estaba Jimin y notó como los oficiales rellenaban unos papeles, la pareja asentía o negaba ante las preguntas y en algunas ocasiones sonreían. Después de unos cuantos minutos de interrogatorio los policías se despidieron con una inclinación y se fueron.

Jimin subió su vista hacia la ventana del pelinegro y la sonrisa que tenía se le fue del rostro, le sostuvo la mirada por un par de segundos y luego cerró la puerta de entrada ante el repentino llamado de su pareja.

—Demasiado extraño— murmuró Yoongi para si mismo y volvió a tenderse en su cama dispuesto a seguir durmiendo, pero esta vez, con una extraña sensación en el pecho.

Las cosas no siempre son lo que parecen.

Trasero Apetecible / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora