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Profesor Min Yoongi, repórtese al despacho de la directora, por favor— todos quienes iban pasando por el lugar desviaron su vista hacia el pelinegro, que la directora usara el alta voz para llamarte significaba que de verdad era algo urgente.

—Has admitido tus sentimientos Min, te dejaremos ir con libertad— se burló Namjoon con una sonrisa.

—Estás hablando como si me fuera a una guerra.

—Si la directora te llamó de esa forma no creo que signifique menos— apoyó Jin la postura del moreno. Yoongi sólo rodó los ojos y salió de ahí susurrando "idiotas" sabiendo muy bien que ambos fueron capaces de escucharlo. Se sentía bien el hecho de que sus amigos supieran la verdad acerca de sus sentimientos, pero también le agradecía al repentino llamado por sacarlo de un interrogatorio asegurado. Jin y Namjoon eran los más temidos por los alumnos a la hora de hacer preguntas orales, y Yoongi se incluía dentro de ese grupo que les temía, aunque él no fuera un alumno.

Cuando llegó al despacho su corazón cayó directo al suelo y fue pisoteado por millones de elefantes, Miranda estaba contenido las lágrimas mientras su hermano se aferraba a su pierna con todas las fuerzas que su menudo cuerpo le permitía. El pelinegro abrió la puerta y la directora lo miró con cara de "Por fin se digna a aparecer"

—¿Que pasó?— al verlo, el hermano de Miranda se refugió aún mas detrás de ella y lo miró con desconfianza, Yoongi se desconcertó por la actitud del pequeño.

—La situación se nos está yendo de las manos, profesor Min— le contestó la directora, el pelinegro se acercó a Miranda y le acarició el cabello, ella estaba congestionada, intentando ser fuerte por su hermano, y Yoongi lo sabía —Estaban en su hogar y el padre intentó impedir que ellos vinieran a la escuela. Un joven vecino de nombre Kim Taehyung se percató de la situación y los ayudó a salir.

Al oír ese nombre el pequeño que se refugiaba en las piernas de Miranda levantó la vista hacia él —Es el papá de mi mejor amigo— le susurró con un puchero.

—Mamá no quiere denunciarlo— espetó Miranda un poco -bastante- furiosa —Pero si no lo hace esto nunca va a terminar.

En ese momento una mujer vestida con un bonito traje blanco y cabello negro irrumpió en la estancia, llevaba una cartera colgando de su brazo izquierdo y un portafolio azul siendo sujetado por su otra mano —Miranda, Taemin, tenemos que irnos— se agachó a su altura y les sonrió.

—Profesor Yoongi, le presento a la fiscal Kim. Ella está encargada del caso y de la protección de los hermanos Choi— le dijo la directora apuntando a la mujer que había entrado recién —Ella los llevará a un hogar provisorio, es lo único que podemos hacer por ahora.

—Pero...¿y la demanda?— al oírlo la fiscal se colocó de pie y le tendió una tarjeta, Yoongi la recibió. Tenía un nombre y un número telefónico grabado en ella.

—Miranda es nuestra aval, tiene la edad suficiente para dar cuenta de la violencia. No podemos hacer nada por la madre mientras ella no denuncie, pero sí podemos hacer algo por los hermanos, tienen una orden de protección efectuada por la progenitora hace un par de semanas, eso se complementa con el testimonio de Miranda— la mujer sujetó la mano del niño —Ese es mi número de trabajo en caso de que tenga información que pueda sernos de utilidad en un futuro juicio.

Salió de la estancia y se quedó afuera, Miranda se acercó a él y lo abrazó con fuerza —Gracias por todo, profesor— le susurró antes de salir y ser llevada junto a su hermano a un hogar provisorio.

El pelinegro tenía su corazón partido en mil pedazos.

Primero Jimin.

Y ahora Miranda.

¿Quién más se iba a ir?

Trasero Apetecible / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora