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Yoongi cambió el peso de su cuerpo de un pie al otro, llevaba más de dos minutos afuera de la puerta de su vecino esperando a que alguien le abriera. Necesitaba hablar con Jimin porque la directora del establecimiento educativo le dio unos papeles que según ella agilizarían el proceso de inscripción de Kao en la escuela, y su misión era entregárselos al menor para que este los rellenara y los presentara mañana en una reunión furtiva con la directora. Yoongi lo había conseguido.

Claro, no contaba con el hecho de que hablar con Jimin le provocaba más emociones y sentimientos de los que se tenía permitido, por lo que debía hacer un esfuerzo titánico por no sobrepasar los límites corporales de su vecino. O por no terminar vomitando ahí mismo producto de los nervios.

Cuando la puerta finalmente se abrió, Yoongi estuvo a punto de orinarse en los pantalones —¿Qué necesitas?— fue el brusco recibimiento que obtuvo de parte del hombre que convivía con el menor. Ahora que lo veía de cerca él tenía un rostro muy apuesto, era algo rectangular y con una mandíbula afilada.

—Necesito hablar con Jimin— dijo el pelinegro, sosteniendo los papeles en el aire para que el otro sujeto los viera —Tengo que entregarle esto y explicarle algunas cosas sobre la escuela— el sujeto lo miró con desconfianza por unos segundo, pero finalmente terminó haciéndose a un lado para que él pasara.

Jimin estaba en la cocina sirviendo un vaso de jugo y con un maldito pantalón de cuero negro ajustado a sus piernas, Yoongi tragó grueso y rezó el Padre Nuestro unas cincuenta mil veces antes de abrir la boca.

«Sólo no le agarres el pene mientras estén conversando»

—Estaré con Kao— le dijo a Jimin el hombre que le abrió la puerta y luego subió las escaleras que daban directamente al segundo piso. Su vecino emitió un sonido de asentimiento, y al darse la vuelta, el rostro de Yoongi sufrió una confusión.

Jimin estaba usando lentes de sol. Dentro de la casa.

—No le hagas caso a Hobi, no es amable con las personas que recién conoce— le dijo el menor mientras se sentaba en uno de los sillones y le ofrecía el vaso de jugo.

—¿Se llama Hobi?

Park sonrió y se acomodó el cabello —No, se llama Hoseok, pero Kao le dice Hobi, entonces yo también me acostumbré.

Yoongi asintió y probó el jugo, era de uva, muy delicioso —Te he traído unos papeles que pueden acelerar el proceso de entrevista.

Jimin se enderezó con interés y su polera blanca se deslizó por el hombro, dejando al descubierto parte de su clavícula izquierda.

«Aguanta Mini Yoon, no te endereces ahora, su pareja está arriba» suplicó Yoongi a todos los dioses mientras sentía como su miembro comenzaba a palpitar.

—Hyung...mis ojos están aquí— dijo Jimin apuntando a su rostro con el dedo índice y sonriendo de forma pícara al ver el color rojo que se apoderaba de la cara del pálido.

—Si, lo siento— susurró Yoongi al notar que a su vecino la situacion sólo le divertía, de cierta forma le alegraba que no fuera alguien que se ofendiera con facilidad —Rellena estas cosas, si tienes alguna duda solo me preguntas— le tendió las hojas sin ser capaz de mirarlo a la cara.

Cuando el menor recibió los papeles aún mantenía la sonrisa de triunfo en su rostro.

Tenía a Min Yoongi a sus pies.

Y Jimin lo sabía. Y eso le excitaba.

Trasero Apetecible / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora