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Pero como sé que no les importa, sigamosYoongi salió del establecimiento educativo y se encaminó hasta su auto, estaba cansado y muy agotado. Ya había pasado un año desde el incidente de la muerte de la madre de los hermanos Choi y él se había tomado en serio el tema de adoptarlos, aunque como no podía casarse con Jimin legalmente, debía iniciar el proceso como persona solitaria, lo cual dificultaba aún mas las cosas.
Entró a su auto y se recostó en el asiento soltando un largo suspiro, la fiscal le había dicho que solo le convenía adoptar a Taemin, puesto que para cuando le den la custodia -si es que se la llegan a dar- Miranda ya sería mayor de edad y no necesitaría de alguien que la cuide legalmente, y solo quedaría su hermano menor. La fiscal Kim estaba convencida de eso, y él confiaba en ella, por lo tanto la opción de adoptar sólo a Taemin era viable.
Arrancó y el viento le revolvió los cabellos, sentía el peso de sus ojos y lo cansada que se encontraba su mente, pero lo único que le reconfortaba era que al llegar a su hogar se encontraría con la preciosa sonrisa de Jimin y el carisma tan peculiar y especial que este tenía. Después de un año el tema de Hoseok había quedado en el olvido, Kao ya no preguntaba por él y Jimin ya no se despertaba en mitad de la noche sudando y con la respiración agitada. Su relación estaba yendo muy bien, y el pelinegro no podía estar mas feliz por eso.
Claro, hasta que llegó al hogar que compartían y vio todas las luces apagadas.
Un poco confundido aparcó y luego bajó del auto, con todos sus sentidos en alerta comenzó a caminar hasta la puerta, se supone que a esa hora Jimin ya debería estar de vuelta de su trabajo y Kao del colegio, las luces no deberían estar apagadas.
—¿Jimin?— murmuró mientras ingresaba lenta y silenciosamente a la casa. Había un olor extraño, bastante dulce y aromático, intentó encender las luces pero el interruptor no funcionaba —Mierda, creo que hay un fallo eléctrico.
—Nada está fallando, Yoon— al oír la seductora voz de Jimin proveniente de su habitación el pelinegro levantó la vista y casi se ahogó con su propia saliva —Es una sorpresa que tengo preparada para ti— se acercó hasta él y Yoongi pudo vislumbrar la esbelta y tonificada figura de su pareja, se encontraba desnudo y con su miembro erecto. Jamás habían tenido sexo, todo por darle a Jimin el tiempo que necesitaba para recuperarse emocional y físicamente, pero al tenerlo de esa forma frente a sus ojos, Yoongi no sabía si podría controlarse.
Su menor cerró la puerta y lo sujetó de la mano para guiarlo hasta la habitación, adentro habían velas aromáticas de color blanco y pétalos de rosa esparcidos por toda la cama —Sé que últimamente estás muy cansado— le dijo mientras tomaba las dos manos del mayor y las posaba en su redondo y pomposo trasero —Así que he dicidido darte esto— sonrió con lujuria y atacó los labios de Yoongi, creando una leve fricción entre sus miembros. Él por su parte simplemente lo tomó de las caderas y lo alzó en el aire. Había esperado tanto por esto, y por fin lo tenía para él, deseoso y anhelante de que lo follaran, suspirando de placer cada vez que le mordía el cuello.
Trastabillaron hasta la cama y Jimin quedó montado sobre él con ambas piernas a sus costados, separó sus labios y al enderezarse comenzó un lento vaivén con sus caderas sobre el miembro aún cubierto de Yoongi —Tan grande...— gimió al sentir como se erectaba cada vez más sobre la tela. Inclinándose le sacó la corbata y luego la camisa, ambas cosas fueron a parar a un rincón perdido de su habitación. Yoongi aprisionó la cadera del menor y empujó hacia abajo, buscando aún más contacto.
—N-no, eso no— susurró Jimin mientras le quitaba los pantalones y dejaba el pene al aire, sonrió lascivamente y alineó el falo con su entrada, el líquido preseminal era abundante y funcionaba muy bien como lubricante. El menor comenzó a descender despacio mientras sentía como el característico nudo se formaba en su garganta, el pene del mayor lo estaba llenado por completo y al ser tan extenso le provocaba dificultades para respirar con normalidad —Hyung...— gimió sobre la boca del pelinegro cuando sintió que no podría seguir penetrándose por su cuenta.
Yoongi mordió los gruesos labios y afirmó las caderas del menor con fuerza para luego empujar su pelvis hacia arriba y terminar de entrar con una sola estocada. El menor gimió agudo al sentir la repentina intromisión y enterró sus uñas en los hombros del pelinegro. Esto se sentía malditamente bien.
Cuando logró acostumbrarse al pene en su interior, Jimin se enderezó y comenzó a dar pequeños saltos de arriba hacia abajo, entrando y sacando el miembro del mayor, juntando su entrecejo y abriendo la boca para gemir de placer cada vez que este golpeaba su próstata con fuerza. Justo ahí, Yoongi apretó los pezones de Jimin y lo obligó a lloriquear de dolor y satisfacción al mismo tiempo, cada vez más alto y agudo, enviando la cordura de ambos al carajo.
Aprisionó las caderas del menor e intensificó el vaivén, provocando un sucio chasquido de piel contra piel y de líquidos contra líquidos, buscando entrar aún más en esa estrecha cavidad anal.
El menor era un desastre de gemidos, sus cuerpos estaban perlados de sudor y ninguno de los dos podía ni quería detenerse, habían aguantado por tanto tiempo al tensión sexual que les era imposible pensar con claridad —M-más fuerte...— suplicó Jimin enderezándose y jugando con uno de sus propios pezones y masturbándose con la otra mano, si alguien le preguntaba, ahora mismo estaba en la gloria. La facilidad con la que encajaban sus cuerpos y la sensación de éxtasis al tener el pene del mayor en su interior lo estaban volviendo loco.
Ante esa imágen Yoongi aumentó el ritmo y soltó un grave gemido cuando sintió como las paredes internas del menor se contraían y apretaban su miembro, impidiéndole la salida, Jimin había alcanzado su orgasmo y estaba delirando de placer. Solo bastó que el menor se sentara por completo sobre su pene e hiciera un par de movimientos en círculos con su cadera para que Yoongi se liberara en su interior.
Ambos estaban cubiertos de líquido seminal y sudor por todas partes, pero en ese momento mientras se miraban a los ojos, descubrieron que el sentimiento de calidez que se proporcionaban mutuamente era impagable. —Te amo...Jimin— susurró sobre sus labios antes de retirar su falo con cuidado de no lastimarlo. El menor gimió bajito y se tendió a su lado, pasó una mano por su blanca mejilla y sonrió.
—También lo amo, hyung— juntó sus labios y recorrió toda la extensión de la boca del mayor con su juguetona y caliente lengua —Y creo que siempre lo amaré.
Yoongi sonrió como tonto enamorado y atrajo el cuerpo del menor, lo refugió en sus brazos de la misma forma en la que lo había hecho hace un año atrás, pero esta vez por una situación totalmente distinta. Jimin se había entregado a él, y estaban dando un paso más como pareja.
—El saber que llegaré a casa y que te veré a ti, es suficiente para que mi cansancio se vaya. Tu sonrisa es vida, Jimin.
El menor rio bajito y ocultó su rostro en el cuello del mayor, realmente amaban estar de esa forma. Era un espacio tranquilo, íntimo, un secreto que sólo ellos dos compartían, un lazo que jamás se rompería.
Y ambos lo sabían.
No se espanten por Kao, que no escuchó nada bdkdjdkd
Jungkook lo vino a buscar porque Jimin le contó los planes que tenía para Yoongi, así que ambos estaban solitos (͡° ͜ʖ ͡°)
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Trasero Apetecible / Yoonmin
FanfictionDesde que el molesto inquilino se había mudado a la casa que estaba al lado de la de Yoongi, él no podia tomar su preciada siesta. Y no porque el tipo estuviera jodidamente bueno -de acuerdo, eso sí influía, pero no totalmente- el tema es que su ve...