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—Momento— interrumpió Yoongi, estando más confundido que antes —¿Ustedes se conocen?

Miranda se acercó a Jimin y levantó su mano hasta tocarle el rostro suavemente, sólo se llevaban por diez años y ambos fueron víctimas de violencia intrafamiliar, y su alumna se había percatado de eso.

—¿Cómo es que estás aquí?— preguntó el menor, desconcertado por ver a aquella niña otra vez.

—El mundo es realmente pequeño— bromeó Miranda con una linda sonrisa mientras quitaba su mano —Yoongi Oppa es mi profesor.

—¿Profesor? ¿Vas en la escuela donde trabaja Yoongi hyung?

—¡Hey!— llamó el pelinegro dejando el vaso sobre la mesa —No me ignoren, probablemente yo estoy mucho más confundido que ustedes dos. ¿Cómo carajos es que se conocen?

Jimin sonrió al verlo lloriquear por sentirse ignorado —Conocí a Miranda en El Servicio de Protección al Menor— le respondió mientras se estiraba para recojer el vaso con agua, su garganta necesitaba ese líquido más que nunca.

—Yo estaba acompañando a mi madre a dar cuenta de que en nuestro hogar existía la violencia y que habían dos menores de edad siendo perjudicados.

—Yo...estaba dejándole un seguro de vida a Kao, para que Jungkook pudiera retirarlo en caso de que me hubiera pasado algo— complementó Jimin. —De repente perdí a Kao de vista y comencé a buscarlo, en eso choqué accidentalmente con Miranda— su alumna asintió con una sonrisa divertida —Entablamos conversación y le comenté que había perdido a mi hijo y que lo estaba buscando, ella me trató de irresponsable por perder a un niño y dijo que me ayudaría a encontrarlo.

Yoongi no pudo evitar reír, porque sí, porque definitivamente sonaba como algo que diría Miranda.

—Lo encontramos jugando con una planta en las afueras del establecimiento— terminó de contar la anécdota su alumna, el pelinegro se esperaba que algo así sucediera, en el poco tiempo que conocía al hijo de Jimin descubrió que tenía un apego con las plantas, bueno, lo descubrió el día en que quebró su maceta.

—¿Hace cuanto fue eso?— preguntó por simple curiosidad.

Jimin y Miranda se miraron —¿Hace una o dos semanas, tal vez? No fue hace mucho— dijo su alumna.

Yoongi asintió y desde lejos observó como Miranda se acercaba a Jimin y le daba un suave abrazo, procurando no tocarle donde le doliera —Fue un gusto volver a verlo Jimin Oppa, nunca se lo dije, pero me dirvertí mucho con usted ese día.

El menor la miró extrañado —¿Pero por qué te despides tan luego, pequeña?

—Porque ya vienen a buscarla— le respondió el pelinegro —No le permiten estar fuera del hogar por más de una o dos horas.

Miranda asintió con tristeza, y cinco minutos después se oyeron dos toques en la puerta, Jimin se colocó en alerta de inmediato y a Yoongi se le rompió el corazón —Tranquilo, veré quién es antes de abrir— el menor lo miró con temor y asintió no muy seguro. Mientras caminaba hacia la puerta, el pelinegro maldijo a Hoseok mil veces por crearle esa inseguridad a Jimin.

—Son del hogar.

Miranda volvió a asentir y sorbió su nariz. Estaba a punto de llorar.

—Te iremos a ver pronto— le dijo el mayor cuando llegó a su lado y ella le rodeó la cintura con sus brazos.

—¿Irán? ¿En plural?

—Sí, iremos— respondió Jimin —Yoongi hyung y yo— mientras le devolvía el abrazo a Miranda, el pelinegro le sonrió al menor quién seguía sentado en la silla producto del dolor de su cuerpo. Él había entendido la indirecta sobre quiénes irían, y estaba feliz de acompañarlo.

Definitivamente Jimin no merecía estar pasando por esto, y Miranda tampoco.

Trasero Apetecible / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora