—Hola, Kook— saludó al castaño que estaba parado en la puerta.
—¡Papá!— Kao se aferró a sus piernas y Jimin lo tomó en brazos con la poca fuerza que tenía en esos momentos —Te extrañé mucho.
—Sólo fueron dos días, niño llorón— refunfuñó Jungkook con una sonrisa, Kao era un desastre andante, rompía todo lo que tocaba, incluso estuvo a punto de romperle una crema carísima para el cabello.
—Jungkook, él es Yoongi hyung.
—¿El que te sacaba fotos?
El pelinegro comenzó a toser y Jimin sonrió con verguenza. Pero que sutileza tenía su amigo para decir las cosas. —Sí, el de las fotos— admitió, refugiándose en el pequeño cuerpo de su hijo sobre sus brazos.
Jungkook se acercó hasta el pelinegro y sonrió ampliamente —Tengo una de Jimin hyung vomitando después de una fiesta ¿Le gustaría hacer un intercambio?— Yoongi abrió los ojos con sorpresa, realmente se esperaba un saludo, no un ofrecimiento de ese tipo, pero esa foto se oía tentadora.
—¡Jungkook!— gritó Jimin, totalmente rojo de verguenza —¡Me dijiste que la habías borrado! Yoongi hyung por favor no lo escuche.
—Lo pensaré— le guiñó un ojo al castaño y este se lo devolvió, a pesar del escándalo que formó hace días para salvar a Jimin con la bocina, Yoongi descubrió que Jungkook era una persona bastante tranquila y pacífica, sin duda sus personalidades congeniarían bastante bien.
—Hoy me llamaron, detuvieron a Hoseok y lo comenzarán a procesar por los cargos que presentaste— dijo el castaño. En el rostro de Jimin apareció una pequeña sombra de tristeza, pero fue tan efímera que Yoongi no estaba seguro de haberla visto realmente —Sé que es complicado, pero es lo mejor, Minnie.
—¿No volveré a ver a Hobie hyung?— preguntó Kao sobre los brazos de Jimin, todos se miraron y ninguno sabía que responder, estaban al tanto del cariño que le tomó el pequeño a Hoseok.
—No, no creo que vuelvas a verlo— susurró.
—¿Porque te lastimó?— Jimin asintió, y Kao solamente lo abrazó —Está bien, puedo entenderlo.
Jungkook se acercó a Yoongi y en voz baja le preguntó si tenía pañuelos, el pelinegro algo desconcertado le indicó la cocina con la mano. Alguien necesitaba pañuelos para secar la cantidad industrial de mocos que soltó al ver la escena de padre e hijo se formó. Y ese alguien era Jungkook.
—¿Puedo ir a jugar?— le volvió a preguntar Kao, Jimin asintió y antes de bajarlo de sus brazos recibió un tierno beso en su mejilla menos lastimada.
—Ten cuidado con las plantas de Yoongi hyung— le advirtió, y el pelinegro no pudo evitar reír, aún recordaba ese día, y lo dicho por Jimin le confirmaba que él tampoco lo había olvidado.
—¿Se quedarán a dormir?— preguntó, sentándose en el sillón y haciéndole un espacio para que su ex vecino se sentara junto a él.
—¿Podemos?— preguntó el castaño saliendo la de la cocina con la nariz roja como rodolfo el reno. Jimin se sentó a su lado y apoyó su cabeza en el hombro del pelinegro, fue una acción muy sutil pero colocó los nervios de Yoongi en alerta, el menor tenía esa capacidad.
—Por supuesto— le respondió —Hay una cama que pueden ocupar, es bastante amplia— movió uno de los cabellos de Jimin y observó a Jungkook sentarse en el sillón individual que había junto a la ventana.
El menor de todos soltó un largo suspiro y sonrió, completamente relajado —Siento que por fin puedes respirar, Jimin hyung. Estaba muy preocupado— cerró los ojos y se recostó aún más. —Siento que por fin eres libre.
Jimin se enderezó y conectó su mirada con la de Yoongi, el pelinegro no supo identificarla, era una mezcla de seguridad, anhelo...confianza —Sí...y estoy seguro de que podré ser feliz.
Y esa sonrisa fue todo lo que el pálido necesitó para estar seguro de que quería devolverle la felicidad a toda costa. Personas como Jimin no merecían sufrir.
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Trasero Apetecible / Yoonmin
FanfictionDesde que el molesto inquilino se había mudado a la casa que estaba al lado de la de Yoongi, él no podia tomar su preciada siesta. Y no porque el tipo estuviera jodidamente bueno -de acuerdo, eso sí influía, pero no totalmente- el tema es que su ve...