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—¿Qué hacen aquí?— cuestionó el pelinegro tratando de sonar casual y no revelar sus más oscuros deseos sexuales.

—Oh, la directora me llamó hace unos minutos y me dijo que recibió los papeles que tú le dejaste aquí— explicó el menor acomodándose las gafas de sol que aún portaba sobre sus ojos —Me pidió que viniera ahora mismo, pues es la única oportunidad de una entrevista.

—Papá me sacó de la cama a la rastra y me trajo hasta este lugar— refunfuñó Kao mientras se comía las papitas que compró en el negocio del establecimiento. Ese niño estaba comiendo chatarra demasiado temprano.

—Bueno, si ambos están aquí la directora verá su compromiso, así que...tienen una gran probabilidad de ser aceptados— le respondió Yoongi y Kao asintió yendo a sentarse en las bancas a la espera de que la señora mencionada anteriormente los llame.

La campana que anunciaba el inicio de las clases comenzó a sonar y el pelinegro supo que debía ingresar al aula que le correspondía para hablarles sobre la Revolución Francesa, aunque si era sincero consigo mismo, esa parte de la historia de la humanidad nunca le agradó.

Jimin notó que debía irse así que se acercó hasta su oído y le susurró un "Gracias, hyung" muy dulce y meloso. Cuando volvió a su sitio, el pelinegro lamentaba profundamente que el menor llevara esos lentes de sol, porque realmente le gustaría ver sus ojos almendrados y leer su expresión.

Aunque por otra parte lo agradecía, porque no se sentía capaz de sostenerle la mirada sin huir con todo el estomago revuelto hacia el baño de los docentes y devolver su escaso desayuno.

Jimin se hizo a un lado para que Yoongi pasara y este comenzó a caminar como alma que se lleva el diablo, el menor alteraba su sistema nervioso y hacía de sus emociones un completo desastre, más de lo que ya eran.

Por el rabillo del ojo vio como Jimin se agachaba y Min Yoongi tomó su oportunidad. Sacó su celular y a la cuenta de tres se giró, le daba lo mismo que tuviera sonido o que saliera borrosa, él solo quería la foto de Park.

Y la consiguió. Muy nítida por cierto.

Mierda, Jimin se vestía tan simple pero tan sexy a la vez que Yoongi no entendía la dualidad tan poderosa que manejaba ese niño

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Mierda, Jimin se vestía tan simple pero tan sexy a la vez que Yoongi no entendía la dualidad tan poderosa que manejaba ese niño. Tenía la habilidad de convertirse en un ángel y luego en un demonio con la facilidad de alguien que se cambia una prenda interior.

Se quedó observando la foto y se detuvo especialmente en su cuello, tan blanco y liso, tan disponible, el pelinegro daría lo que fuera por dejar marcas ahí y en el resto de su cuerpo, pero marcas de sexo y placer, que Jimin disfrutara y gimiera bajo su tacto, bajo su cuerpo, bajo su pene...

Un segundo, él estaba en una escuela, teniendo unas cuantas -muchas- fantasías sexuales con su vecino, que por cierto tenía una pareja bastante gruñona y posesiva.

Necesitaba urgentemente que alguien le trajera agua bendita porque en cualquier momento se lo traga el infierno por lujurioso y pecaminoso.

Trasero Apetecible / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora