18

435 42 2
                                    

Lena

Me duele la cabeza, mis ojos pesan demasiado y no puedo mantenerme despierta desde que sentí la aguja en mi piel. Solo soy conciente de los vertiginosos movimientos a mi alrededor, las voces son distorsionadas, no siento mis piernas, ni mis brazos, con dificultad abro mis ojos, mi visión es borrosa, solo puedo darme cuenta que estoy en el hombro de una persona, me conducen a través de muchos pasillos, mi cuerpo lentamente comienza a reaccionar, muevo con dificultad mis piernas para golpear la espalda de la persona que me lleva, escucho como el hombre decir algo en un idioma que no puedo diferenciar —lo cuál es extraño ya que hablo más de seis idiomas—, lo siguiente que veo es el rostro sonriente de Rhea mientras inyecta mi cuello nuevamente.
.
.
.
.
.

Mis ojos no pueden abrirse, más sin embargo mi consciencia despierta de golpe, recuerdo lo que pasó; Rhea me había secuestrado, la mujer que más admiraba después de Nora, había confiado en ella y me había traicionado de la manera más cruel. No sé quién es Rhea en realidad y no tengo idea de que quiere conmigo. Mi rostro comienza a despertar; lo primero que siento es una suave caricia en mis mejillas; trago en seco por qué sea quien sea que me este acariciando no puede ser alguien bueno. Muevo mis brazos lentamente, mis ojos se vuelven menos pesados y puedo abrirlos; pestañeo varias veces para acostumbrarme a la luz, lo primero que puedo ver es a un chico; de ojos grises grandes, cabello castaño y piel pálida, la barba corta acentúa su expresión calmada, el joven sonríe tiernamente hacia mi, yo no puedo moverme demasiado, más sin embargo me alejo de su rostro.

-. Tranquila Lena, nadie va a dañarte. - dice el joven con un tono tranquilo en su voz.

-. ¿Quién eres? - cuestiono con una voz queda, el sonríe nuevamente.

-. Mi nombre es Mon-El, no tienes que preocuparte por nada Lena, estás a salvo. - dice. La puerta es abierta, yo muevo mi rostro para ver a Rhea con un vestido azul largo y una tiara.

-. Retirate. - dice la mujer y el joven asiente antes de salir de la habitación.

-. Tú. - le escupo con rabia, ella sonríe como si no me hubiese secuestrado, se sienta en la cama a mi lado.

-. Tranquila Lena, todo estará bien, solo tienes que cooperar conmigo y todo será perfecto. - dice la mujer mientras me acaricia. Yo me siento en la cama para darme cuenta que llevo un vestido blanco parecido al de ella.

-. ¿Que quieres de mi? - pregunto molesta, ella se levanta de la cama y me extiende su mano, yo la veo con desconfianza y rencor.

-. Quiero mostrarte algo Lena, porfavor. - dice la mujer y me mira con aquellos ojos que tantas veces me inspiraron a seguir. Me levanto de la cama y hago un asentimiento de cabeza, ella baja su mano y comienza a caminar, cuando salimos de la habitación veo los pasillos de hierro.

-. ¿Dónde estamos? - cuestionó, justamente cuando cruzamos el pasillo, entonces puedo ver un enorme ventanal, a través de este se vislumbra el cielo nocturno plagado de estrellas, como nunca antes lo había visto, a la lejanía se puede ver una enorme esfera verde y azul, también algunos rayos del sol se ven a la distancia; estoy en el espacio.

-. Hace mucho tiempo, más allá de las estrellas existió un próspero planeta llamado Daxam, yo era la reina. Vivimos por mucho tiempo en paz y armonía hasta que Kripton nos destruyó, los restos de la explosión cayeron en Daxam llevándose miles de vidas inocentes, por suerte mi esposo y yo prevenimos que algo así pasaría; huimos antes de ser aniquilados por completo pero en el viaje a través del espacio la nave nodriza se separó de las demás naves, venimos a caer a la vía láctea sin saber si existía un planeta que tuviese vida y los suministros se estaban acabando. - dice Rhea sin dejar de caminar, llegamos a un salón lleno de computadores de cristal y varias ventanas desde donde se mira más claramente la tierra.

La Dulce Mentirosa I: La Invasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora