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Kara

Decir que me siento jodidamente mal es poco, Lena no me dedica una mirada, al igual que Alex, ambas están furiosas conmigo pero la que me preocupa es Lena, además de que la estúpida de Carol no se despega de su lado, me molesta demasiado la presencia de la cadete, aunque por suerte no tenía que soportar verla besar a Lena como cuando llegó, por alguna extraña razón odie verlas así de juntas, más cuando Carol llamo “Futuro hijo” a Aron, quise correr, arrancarla de sus brazos, nisiquiera se por que. Todos disfrutan de la amena reunión menos yo, Nia está junto a Eve sirviendo la comida, Lena está con Carol jugando con Aron, por alguna extraña razón me molesta verlas juntas, después de que Lena me confesara que Carol y ella tienen una relación, las cosas entre nosotras no estaban de lo mejor, claro que yo no había hecho el más mínimo intento por arreglar las cosas con Lena cuando ella lo único que hace cuando está a mi alrededor es intentar mantener la paz entre nosotras. Me siento mal, súper mal, no sé ni cómo verle a la cara, soy una completa idiota, siempre hago este tipo de cosas estúpidas, Alex dice que pienso con la calentura y no con la cabeza, Clark dice que soy así por haber pasado tantos años con Bruce, que sus actitudes desmedidamente frías al igual que su actitud se me pego, más sin embargo pienso que Alex es la que más tiene razón, Bruce puede ser idiota, desinteresado y despiadado a veces, pero yo le conozco como casi nadie ha llegado a hacerlo y el es el ser humano más maravilloso, bueno, compasivo y amoroso que conozco. Una mano en mi hombro me saca de mis pensamientos, un par de ojos celestes verdosos me ven con cariño.

-. ¿Eres Kara verdad? - pregunta con una sonrisa cálida, sus rasgos son perfectos a pesar de su edad ¿Habrá sido su hijo parecido a ella? ¿Tendría la misma sonrisa, la cuál conquistó a Lena? Seguramente.

-. Un gusto señora Nora. - digo levantándome de la silla, ella niega con la cabeza y para mi gran sorpresa me da un fuerte abrazo.

-. Dime Nora cariño, es un verdadero placer conocerte, ansiaba hacerlo. - dice con esa resplandeciente sonrisa que da paz.

-. ¿En serio? - pregunto sorprendida. Ella asiente divertida.

-. Lena me habló muchas cosas de ti. - comenta, aparto mi mirada con un suspiro.

-. Espero sean buenas. - susurro.

-. ¡Oh por supuesto que lo son! Ella no paraba de hablar de ti, de como la proteges y de como gracias a ti las cosas con Lex fueron más llevaderas.- dice ella llamando mi atención, le doy una leve sonrisa.

-. Su nieto es muy bonito. - le digo, su sonrisa crece, seguramente recordando al padre del niño.

-. ¿Ya lo conoces? - pregunta.

-. Solo de lejos. - digo, ella sonríe, se levanta de la silla y camina hacia donde Carol y Lena están con el bebé, lo toma en sus brazos y regresa hacia mi, yo entro en pánico ¡Yo no sé nada de bebés! Aún recuerdo la última vez con Rubí, si Lena no llega a tiempo quién sabe que le hubiese pasado a esa pobre niña. Ella coloca al niño en mis brazos, él me examina detenidamente, su pequeña mano toca mi nariz, por acto reflejó la arrugó haciendo que el niño suelte una enorme carcajada que resonó en toda la habitación, todos los presentes voltean, más sin embargo mi mirada sigue fija en el bebé, es tan delicado, tan frágil, el niño me sonríe mientras acuna mi cara con sus manos apretando mis mejillas, el pequeño ríe nuevamente, yo sonrió; es hermoso. Nora se aleja de mi, dejándome con el pequeño revoltoso, yo me siento nuevamente con el bebé en mis brazos, él bebé se recuesta en mi pecho, cierra sus ojos y se queda dormido minutos después de estar jugando con las lentejuelas blancas de mi camisa básica. Me quedé así; inerte, escuchando su respiración tranquila, el sonido de su corazón latir a la misma velocidad del mío, una abrumadora necesidad de protegerlo me aborda, igual de intensa que la misma sensación que siento por Lena, es casi absurdo sentirme así. Más sin embargo la ensoñación no dura demasiado, mi teléfono suena rompiendo la paz.

La Dulce Mentirosa I: La Invasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora