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El omega se aferraba a la espalda del alfa con fuerza, mientras este lamia su mejilla, demostrado cuanto lo habia extrañado.

Sin poder evitarlo lagrimas de felicidad brotaban de sus ojos, ¿Cuanto tiempo habia pasado desde que vio al alfa?

En su memoria tenia presente el recuerdo del pequeño Yibo corriendo siempre hacia el con sus pequeñas piernas.

Un gemido mezclado de un sollozo salio de sus labios al ser embestido nuevamente, se sentia tan profundo, tan satisfactorio.

Las manos del alfa tomaron sus caderas acelerando sus movimientos.

-¡Alfa!

Su cabeza cayo de lado en la almohada, mientras sonidos lascivos seguian saliendo de su boca.

Ambos habian perdido la cordura, ya no eran Yibo ni Xiao Zhan, ahora eran sus lobos amandose después de tantos años.

Muy en el fondo el alfa queria marcar a su pareja, pero era demasiado precipitado, puede que el omega lo deseara pero pensó en Zhan.

Aún no.

Después de terminar por tercera vez, aun dentro del omega lo atrajo y lo acomodo en sus brazos, el fuerte aroma de los frutos rojos lo embriagaba y llenaba de calidez su corazón.

El omega escondió su rostro en el hueco de su cuello, poso su mano en el pecho del joven, sintiendo el fuerte palpitar de su corazón, sus mejillas se colorearon ante esto, por un momento se sintio timido y tonto, como un cachorro.

Podia sentir las grandes manos del alfa acariciar los mechones de su cabello con delicadeza, eran innecesarias las palabras en este momento.

Tan solo mirarse a los ojos y poder ver todo el amor y cariño que se reflejaba en ellos era suficiente.


🌿

La omega se retoco su labial rojo mirando su espejo de mano, hoy iria a la empresa de su padre, este le habia pedido que fuera aun si ella no quería ir.

Odiaba esto.

Cuando llegaron el chofer abrio la puerta para ella, la joven agradecio y camino hacia la entrada.

El sonido de los tacones resonando en el lugar fueron escuchados por los trabajadores de la empresa.

-Señorita Zhan, ¿Viene a ver a su padre?- pregunto una beta llegando a su lado apresurada.

-Claro, ¿A que otra cosa vendría?

La secretaria solto una risita nerviosa.

-Si gusta puede sentarse y tomar asiento, su padre se encuentra en una importante reunion.

La joven tomo asiento colocando sus ojos en blanco, el tiempo paso y su padre no aparecía, ¿Solo la hizo venir a perder el tiempo?.

Habia leido las revistas de la mesita, revisado sus redes y estaba harta de esperar, echo su cabeza para atras y observó el techo del lugar como si fuera lo mas interesante del lugar.

Solto un suspiro de cansancio, miro a su alrededor y no habia nadie, una sonrisa traviesa se pinto en su rostro.

Era su oportunidad.

Por alguna extraña razón su padre le habia prohibido explorar el edificio a menos que este siendo vigilada, muchas veces de niña logro burlar a los guardias pero siempre era capturada en su misión, tomó su bolso y camino rumbo a las escaleras subterráneas, siempre habia sido su deseo ir alli.

Una vez escucho que ahi guardaban grandes cantidades de dinero e inclusive que habia un gran estacionamiento con autos lujosos.

Al bajar las escaleras comenzo a pensar que era mala idea, el lugar era oscuro, parecía no tener fin de tantos escalones que tenia, al llegar busco a tientas el interruptor y al encontrarlo lo encendió dejando ver solo una vieja puerta de madera, emocionaba la abrio con rapidez, sin embargo su expresión cambio a una cara de póker.

When I say goodbye to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora