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Jungkook aún no podía hacer memoria acerca de cómo Taehyung se las había arreglado para que terminara accediendo a irse a lo que él llamaba "una aventura a falta de compañía para mi venganza".

Se esperaba algo sencillo. Tratándose de un plan nocturno, tenía en mente pasar unas cuantas horas en lo de Hoseok y después regresar a su casa. No obstante, ahora se encontraban en McDonald's comiendo dos pequeñas hamburguesas que venían en la Cajita Feliz. Eso le llenaba la cabeza de recuerdos alegres, pero no evitaba que siguiera preguntándose qué ocurría en la cabeza de Taehyung.

—¿Por qué me miras así? —le preguntó él, dando un sorbo a su bebida.

—¿Cómo?

—Así.

[¿Y qué quieres que haga?]

Taehyung tenía el mismo gorrito adorable que había usado la noche de la bebida derramada y una chaqueta de blue jean. Se veía inocente, como un ángel, pero Jungkook aún podía leer la burla en sus ojos.

—No sé, ¿por qué crees tú?

Taehyung se echó a reír como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo y Jungkook sólo dio un mordisco a su hamburguesa, con expresión mortificada.

—¿Qué esperabas de una aventura nocturna?

—Definitivamente no McDonald's a las 3:00 am.

—Ah, Kook. Eres tan tierno —dijo Taehyung. En un gesto precipitado, llevó una mano limpia hasta la mejilla de Jungkook frente a él y acarició con suavidad.

[Oh.]

Jungkook se quedó de piedra unos segundos, antes de volver en sí. Eso pareció complacer a Taehyung.

—¡Y te vestiste tan genial! ¿A dónde pensaste que te llevaría?

Frunció el ceño y miró sus ropas. Lo más llamativo que traía puesto era un gorro gris y una chaqueta roja, porque el resto de prendas eran negras.

—Yo... no sé. Ni siquiera me vestí tan bien. Aunque pensé que sería interesante, siendo que dijiste que trajera mi cámara conmigo.

—Oh, ¿estás insinuando que la situación en la que nos encontramos no es interesante? —preguntó, fingiendo estar ofendido—. Me dueles, Jeon. Mucho, mucho, mucho.

Jungkook entornó los ojos.

—No me refería a eso, tonto. Estar aquí es excelente.

—Nada mal para una primera cita, ¿cierto?

Jungkook casi se atragantó.

—¿Qué?

Taehyung rio ligeramente.

—Estoy bromeando, Kook. Y, sobre la cámara, no sé... pensé que sería bueno que la trajeras. ¡Nunca se sabe qué cosas lindas puedes encontrar por ahí!

—Está bien, lo agradezco —dijo Jungkook, tras estabilizarse por el casi ahogo—. Me alegra que te preocupes tanto por mi cámara.

—¡Es un placer! ¿Y cómo no hacerlo? Mira esa hermosura.

Le echó un vistazo. Había sido el regalo que le dieron sus padres por su décimo sexto cumpleaños. Jungkook le contó acerca de ello el pasado miércoles y, al principio (antes de todo el asombro ante la mención de la cámara), Taehyung se había mostrado descontento por enterarse de que estuvo ese día solo.

—De habernos dicho, habríamos pasado la mejor tarde del mundo. —Se había quejado, para luego abrazarlo con un solo brazo y dejarle sin aliento.

Brillo | 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora