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Advertencia de smut leve, pero bonito (I hope so...)

Jungkook se dio cuenta de que, verdaderamente, disfrutaba mucho aquello de grabar vídeos y después editarlos. En el pasado, lo había hecho muchas veces, pero sólo haciendo edits que Seokjin catalogaría como "estúpidamente buenos", donde sacaba fotos estilo PNG de artistas y los ponía a hacer cualquier cantidad de cosas. Era divertido. Sin embargo, tomándose el tiempo de editar trabajos más serios, se dio cuenta de que ya era bastante diestro con la edición. Y entonces, se le ocurrió una idea.

No obstante, él no podía prestar atención a eso en ese momento. Ahora sólo veía Hoseok, a Jimin y a Taehyung actuar como si su vida dependiera de ello para que la profesora de teatro les diera puntajes altos en la nota final. Jungkook y Namjoon agradecieron, una vez más, no estar en el escenario. Ya habían hecho bastante organizando las cosas y, por el lado de Jungkook, atrayendo a bastantes personas a ver la obra.

Cuando la profesora lo felicitó por haber hecho vídeos de promoción tan geniales, Jungkook se sintió realizado. Pero ese día no era bueno únicamente por eso. Además, era su décimo séptimo cumpleaños. Y las cosas eran muy diferentes ahora.

Todo el equipo que trabajó para la realización de la obra tuvo que salir de bambalinas y correr al escenario a hacer el saludo de agradecimiento final, tomados de las manos con los actores. Todo el mundo le gritó elogios a Jimin, cuando hizo un corazón con los brazos antes de que el telón se cerrara. Quizás Jungkook comprendió un poco por qué todas las chicas del instituto se volvían locas por él. Luego de eso, vio a Taehyung correr en su dirección con los brazos extendidos. El beso que le dio con entusiasmo era algo bastante predecible, pero él seguía emocionándose como la primera vez.

Tras eso, los actores se desmaquillaron y se subieron al auto que le habían regalado a Hoseok por conseguir una beca en una universidad en Melbourne. Jungkook se quedó acurrucado y recibiendo besitos por parte de Taehyung en un rincón del carro, escuchando de fondo las quejas de los demás.

—Busquen un hotel —se quejó Namjoon, desde el asiento de copiloto.

—Oh, ni Jungkookie ni yo necesitamos eso. Ya acordé algo con Jimin, ¿cierto? —dijo Taehyung, sonriente, antes de atrapar sus labios con dulzura, haciendo que Jungkook pasara por alto aquel comentario.

Todo el misterio escondido en esos susurros que Taehyung estuvo compartiendo con los demás, se debía a una decoración extrañamente especial por su cumpleaños. El sótano de la casa de Jimin siempre estaba decorada, pero, al ver los rostros de Seokjin y Yoongi reflejados por la enorme pantalla de una laptop que Jungkook nunca había visto, rápidamente comprendió de qué se trataba todo. A como pudo dar lugar, Taehyung los había reunido a todos para hacerlo feliz.

Además de las pancartas que ponían "¡dulces 17, Jungkook!" seguidos de muchos emoticonos que pudo adivinar que fueron agregados de forma sarcástica y música de la que a él le gustaba, estuvo hablando un buen rato con los chicos que no veía hacía muchísimo tiempo. Escuchó la risa de Seokjin y Yoongi:

—Namjoon, no tapes la cámara con tu dedo.

—Oh, sí, claro, lo siento...

Los vio sacar unas copas y rellenarlas con champán desde sus dormitorios de la universidad cuando todos, desde el sótano de Jimin, abrieron cajitas de jugo de manzana para brindar por una larga vida para Jungkook. Jugaron juegos online, esos de los que estaban de moda. Seokjin, como siempre, le ganó a Yoongi. Jimin, como siempre, acusó a Jungkook de hacer trampa, mientras él cubría a Taehyung para que pudiera ganar, dejando de lado su competitividad. Namjoon, como siempre, se alteró cuando Hoseok gritó por el estrés de no saber jugar bien.

Brillo | 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora