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26 de diciembre de 2020

No se habían podido reunir el anterior día. Cada uno estuvo ocupando pasando tiempo con sus familias. Se limitaron a hacer una vídeo llamada para desearse feliz Navidad y prometer que otro día se haría la ceremonia del amigo secreto, donde por fin podrían decir quién les tocó ese año.

Sus padres habían salido por la madrugada, dejándole tostadas y mucha malteada de chocolate en la cocina.

Tras terminar de desayunar, Jungkook se duchó, sin poder dejar de pensar en el excelente obsequio que sus padres le dieron. Al ver su primer auto, del tamaño ideal y de su color favorito, aparcado frente al garaje de su casa, se puso a llorar como un bebé. Agradeció entre hipidos a sus padres, abrazándolos con profundo afecto. Ellos no eran los más adinerados, pero se esforzaban mucho para tener una buena vida. Conocer que estuvieron trabajando tanto para que él pudiera tener un buen auto, le hizo pasar por alto el "¡así tendrás manera de desplazarte cómodamente cuando estés en la universidad!" de su padre.

Salió de la ducha, oliendo a su jabón preferido y sintiéndose más refrescado. Taehyung iría a visitarlo ese día y estaba bastante emocionado de verlo otra vez. Ya había organizado su cuarto y hecho una lista de películas que podrían ver más tarde. No obstante, en cuanto su mirada cayó en su laptop, recordó que debía terminar algo ese mismo día. Si Taehyung llegaba, lo más probable es que no dedicara el tiempo adecuado a ello. Además, era una sorpresa.

Tomó sus auriculares y abrió su programa de edición de vídeos, trabajando duro.

Luego de un buen rato (lo cierto es que perdió la noción del tiempo), un sonido fuerte lo sobresaltó, haciendo que diera un respingo en su asiento y se quitara los cascos al mismo tiempo. Giró de un santiamén a la ventana de su cuarto y casi le da un infarto el ver a Taehyung allí.

Cerró la laptop con rapidez y caminó, tropezando.

—¡¿Acaso quieres matarme?! —chilló, con el corazón latiendo caóticamente en su pecho, tras abrir.

—Lo siento, pero es que no abrías —respondió Taehyung con simpleza—. Te llamé, te envié mensajes, toqué el timbre, ¡hasta grité! ¿Qué hacías allí?

—Una cosa.

—Sí, bien, ¿puedes abrir la puerta, amor de mi vida? No me gusta estar afuera.

—Oh, sí, claro.

Jungkook quiso ponerse a llorar cuando, al abrir, Jimin, Hoseok, Namjoon, Lisa y Roseanne aparecieron detrás de unas columnas gritando "¡sorpresa!". El tiempo a solas con Taehyung sería más que escaso, pero se sintió contagiado por la energía de sus amigos.

Todos entraron a la casa, saludándolo con el espíritu navideño impregnando sus cuerpos y elogiándolo por su lindo carro, el cual habían podido ver antes de llegar. Hoseok le dijo que debía ponerle nombre.

—¡Llámalo Mickey, en honor a Mickey!

Jungkook sólo le dijo que sí.

Le parecía impresionante cómo ellos habían llegado hacía pocos minutos y, con sus solas presencias, el salón de su casa se había iluminado como un árbol de Navidad. Alguno puso una canción navideña que él no reconoció mientras se iba a la cocina a llenar unos vasos con malteada de chocolate para ofrecerles.

Lisa y Roseanne parecían especialmente inhibidas en ese lugar que ninguna conocía, pero no dejaron de sonreírle, mientras le repetían que era bueno volver a verlo.

Luego de un tiempo, Jimin, con voz de presentador, dijo que la ceremonia navideña daba inicio en ese preciso momento. Las chicas lo miraban todo con diversión, mientras uno por uno iba diciendo quién creían que era su amigo secreto.

Brillo | 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora